Si la intención de Televisa era mostrar a un Andrés Manuel López Obrador necio, iracundo, deschavetado, pues el tiro les salió por la culata. En entrevista de la mañana con Carlos Loret de Mola se escuchó a un López Obrador sensato, inteligente y en paz; a ratos divertido. No pudieron, con algunas de sus preguntas malintencionadas, sacarlo de sus casillas.
No lograron mostrar a ese López Obrador del que habla el “Clavillazo” Enrique Ochoa ni el pollo Anaya. En la entrevista no se apareció ni Chávez ni Trump ni ningún tirano inventado por Televisa. Los dichos de López Obrador fueron los de un estadista, los de un hombre que busca el bienestar de sus paisanos; de un hombre que tiene muy claros sus ideales. Su principal objetivo, combatir la corrupción.
No extraña que siga arriba en las encuestas a pesar de los esfuerzos de sus enemigos por echar abajo sus posibilidades de ser presidente de la República. Si acaso sólo se le podría reprochar que continúe señalando a Carlos Salinas como el jefe de la mafia. Sin embargo ya la historia le dio la razón la primera vez que habló de un complot. Se comprobó que atrás de ese complot estaba Salinas.
Tranquiliza y da esperanza saber que un hombre como Andrés Manuel López Obrador tenga tantas posibilidades de ser presidente de México. Una vez que se ha comprobado que los productos de la televisora de Azcárraga son un fiasco, qué bueno que a Televisa le haya salido el tiro por la culata.
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