Filiberto Vargas Rodríguez / Ellos alegan que fue casi “por generación espontánea”. Hagan de cuenta que en algún momento previo al 5 de noviembre, fecha en la que rindieron protesta como diputados locales, a Fernando Kuri (Ave), Ernesto Cuevas (Ave), Vicente Benítez (Panal), Rodrigo García (PVEM) y Basilio Picazo (PRI) “se les ocurrió” que como eran muy buenos amigos y tenían muchas coincidencias en sus intereses legislativos, “sería buena onda” conformarse como un grupo legislativo independiente.
Tienen otro factor en común: Todos son diputados de mayoría relativa, esto es, que se ganaron su cargo en las urnas, no en las estadísticas.
Fue tal el entusiasmo que despertó en ellos esta “ocurrencia” que para darle formalidad el 5 de noviembre se presentaron en el Palacio Legislativo ¡uniformados! Todos con traje azul oscuro, mientras que las corbatas y los calcetines de todos ellos eran color rosa.
Una vez ubicados en sus curules, decidieron todos que su coordinador fuera el orizabeño pero representante del Distrito XXVII, con cabecera en Acayucan, Fernando Kuri Kuri. En bloque defendieron sus intereses en la distribución de comisiones y consiguieron un espacio en la Junta de Coordinación Política.
Y dieron inicio las sesiones, y se presentaron las primeras iniciativas, y llegó el momento de votar… Y entonces, sólo hasta entonces, se dieron cuenta de la fuerza estratégica que consiguieron.
Ellos son lo que en el ámbito legislativo se conoce como “grupo bisagra”. Son pocos votos, pero ante una composición tan dividida y confrontada, los sufragios de ese “grupito” son fundamentales en las grandes decisiones.
Y el grupo no está peleado con nadie. Lo mismo dialogan con panistas, que con priistas o “morenos”. Lo mismo acuerdan con el PRD que con los legisladores independientes.
No compran pleitos. Su votación como grupo es sometida a un escrutinio previo y se asume la postura que apoye la mayoría.
En la definición de la entrega de la presea Belisario Domínguez, por ejemplo, ellos sugerían que esa distinción le fuera entregada a “Las Patronas” ese grupo de mujeres que han hecho del apoyo a migrantes su apostolado.
Sin embargo, a los panistas les “tiraron línea” y optaron por un grupo de los que se han dedicado a la búsqueda de familiares desaparecidos.
Los del grupo mixto (que entre ellos decidieron bautizarse como “Juntos por Veracruz”) entendieron que la propuesta empujada por Acción Nacional llevaba “jiribilla”. Casualmente la persona que fue designada para recibir la presea, Araceli Salcedo, fue la misma que increpó a Javier Duarte en Orizaba por la desaparición de su hija, con la coincidencia de que en ese momento alguien grababa la escena, que fue subida a redes sociales y se hizo viral.
Los “mixtos” sostuvieron su propuesta por “Las Patronas”. Perdieron, pero con ello mostraron que no se subirán a cualquier ola, sino que procurarán votar a conciencia.
Detectada ya su peligrosidad, otros legisladores se han encargado de etiquetarlos. Hay quienes ven atrás del grupo la mano del legislador federal Jorge Carvallo, otros sugieren que influya en ellos Héctor Yunes, y los hay que -con toda la mala leche- sugieren que representan a Fidel Herrera y Javier Duarte.
Ellos ya lo veían venir y se han dotado de gruesas corazas, con las que se protegen del mal llamado “fuego amigo”.
Hasta el momento la propuesta suena atractiva. Un grupo que se convierta en la voz discordante, o el factor de unidad en cada caso, y que se convierta en el fiel de la balanza en los temas más delicados, esos que requieren de mayoría calificada.
Ahora toca verlos en la tribuna y en el tablero de votaciones.
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