Como premio de consolación, y ya resignada a decirle adiós a los muchos negocios que pensaba hacer con las empresas de su familia en la zona conurbada con Xalapa, la señora aceptó ser jefa de administración de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. No tardó mucho en encontrarle la hebra al hilo y de inmediato se puso a hacer contratos de supervisión y realización de estudios, contratos que adjudicó a las empresas de la familia Osman.
Fueron millones de pesos que fueron a parar a las arcas de esa familia, sin que hasta el momento se sepa en qué beneficiaron esas supervisiones y estudios. Pues ahora Animal Político, el portal que descubrió el tema de las empresas fantasma a nivel nacional, señala a Shariffe Osman como una funcionaria a la que se le podrían fincar responsabilidades administrativas por tráfico de influencias. Por cierto, el esposo de Shariffe, Kalid Mohamed, está como secretario particular de Fidel Herrera Beltrán.