Édgar Hernández* / Anima y congratula.
La opinión pública y la ciudadanía dan la bienvenida a la decisión gubernamental de cortar de tajo la corrupción que permeó –en la era Fidel/Javier- las Notarías, muchas de las cuales convirtieron en una verdadera cueva de ladrones.
En anteriores entregas dábamos cuenta del listado de notarios beneficiados por Fidel Herrera que sin chistar se dieron a la tarea de dar “legalidad” a las empresas fachada.
En otro momento denunciamos también a aquellos notarios venales como el #4 de Veracruz que de manera abusiva y por demás inhumana despojó a Octaviano Cruz Tejeda –para sus amigos “Galambao- de sus propiedades abusando de su limitante física, ya que es cuadrapléjico lo cual lo mantiene inmóvil del cuello hasta sus extremidades inferiores.
Confinado a una silla de ruedas el Galambao observó como en los últimos lustros el Notario #4, Juan de Dios Zamora Hernández Jáuregui, quien por cierto aparece en la lista de los notarios que presuntamente se prestaron a solapar a las empresas ilegales, lo despojó de todas sus propiedades heredadas por sus padres y abuelos que suman decenas de millones de pesos.
Juan de Dios, quien poco honor hace a su nombre no podrá seguir abusando de su responsabilidad tras el contundente anuncio de la máxima autoridad de gobierno que adelanta una profunda revisión a las notarías y no permitir más corruptelas.
Esa sí que es una buena noticia.
Habrá de revisarse el entuerto legislativo que permitió durante el gobierno de Fidel Herrera nombrar un notario por cada 25 mil habitantes y habrán de pasar a revisión las 314 notarias.
Se procederá asimismo contra las que delinquieron al respaldar a empresas fachada y se abrirá una rigurosa investigación para ver en qué condiciones se otorgaron 100 notarías en el infausto régimen de Fidel Herrera Beltrán.
Y aunque es del dominio público que éstas se entregaron a las “queridas” de Fidel y su grupo, a compadres, amigos, delincuentes disfrazados de litigantes y por la vía de millonarias cantidades hasta en dólares, vale el rigor del apego al marco jurídico.
Acaso valdría la pena además rascarle un poco más atrás, en la era Dante, cuando se autorizaron centenares de Corredurías, pero ese es otro cuento.
El punto es que la decisión está tomada. Se regresará al buen camino. Se cerrarán las notarías en las zonas donde no sean necesarias y habrá una relación sana entre autoridades notarias y ciudadanía.
Y… a temblar zonas como Xalapa, el corredor Veracruz-Boca-Alvarado. Ojo Córdoba- Orizaba y el boom que registró en Coatzacoalcos, el último sexenio, en donde hay más Notarías que tortillerías.
En lo sucesivo y sí que es una grata noticia, “solo podrán acceder a detentar una Notaría los profesionales del derecho que cumplan con rectitud, con lo que marque la ley; aquellos que cumplan con los valores esenciales de probidad, honestidad y un desempeño profesional apegado a las normas”.
La justicia y ley, que nunca es tardía, llegan a un área impensable.
Sorprendente el cáncer de la corrupción que penetró en el notariado que siempre presumió y con razón, de ser el depositario patrimonial de la ciudadanía, el equivalente al gobernador honesto y respetuoso a quien confiabas la legalidad de tus bienes; quien te daba tranquilidad y garantía sucesoria.
Acaso por ello, ahora que viene la guillotina se ratifique que debe ser irrefutable que el patrimonio de las personas no deje de ser obligación primaria y esencial del estado.
Que también se tenga presente que el notariado que se gestó en 1997 se trastocó y alejó de la profesionalización, la excelencia, el poder servir a los ciudadanos y garantizar con eficacia su seguridad jurídica y patrimonial.
Hay, ciertamente, como señala el gobierno del estado “un déficit en el estado de derecho” al no cumplirse la ley ya que el notario veracruzano ha sido muy cuestionado por su intervención en el acelerado proceso de corrupción en Veracruz.
No habrá pues más notarías en exceso y, según afirma el gobernador Yunes, “No se designará un solo notario por preferencias políticas, por amistad o por afecto. Todos serán sometidos a concurso. No más notarios ambulantes ni sucursales notariales, ni licencias sin motivo justificado”.
Bienvenida la decisión.
Más el coto al abuso que va más allá de las empresas fantasma, a aquellas que entran al territorio del despojo en favor de terceros, la adjudicación de bienes ajenos, complicidades con el gobierno y el crimen organizado, así como el solapamiento por la vía notarial de propiedades del estado y la nación.
Y es que a estas alturas ya no se sabe si son peor los notarios de la Fidelidad o los pillos del Duartismo que andan tan campantes y en la confianza de que nunca los alcanzará el brazo de la justicia.
Acaso todo es cuestión de tiempo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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