Esto se deduce del amparo que un juez le concediera a Javier Duarte en contra de una orden de aprehensión girada por la Procuraduría General de la República. En sus alegatos para conseguir el amparo, Javier Duarte presume de contar con fuero, pues él volvió a su puesto de gobernador.
El fuero le fue concedido, sin embargo, Duarte de Ochoa puede ser arrestado y entregado al juez que lo requiera pues los delitos que se le imputan son de carácter grave y en esos no aplica dicho fuero. El caso es que Duarte de Ochoa, como un gusano al que le echan sal, todavía se retuerce tratando de escapar del brazo de la justicia.