El desarrollo social en Veracruz, particularmente en lo referente a salud, educación y seguridad, desde Fidel Herrera hasta Javier Duarte fue pura simulación. El brutal saqueo a las arcas del estado afectó a los que menos tienen. No se les puede mostrar misericordia a los delincuentes que se confabularon con los dos últimos gobernadores en Veracruz, Fidel y Javier.
La impunidad rampante ha sido una verdadera mentada de madre para el pueblo veracruzano. La detención de los funcionarios por delitos electorales no es ni la punta del iceberg de la corrupción. Los amparos y búsqueda de abogados están a la orden del día; no hubo una sola secretaría del gobierno duartista que se destacara por su honestidad, trasparencia y honradez. Desde los titulares, subdirectores y funcionarios de medio pelo robaron a manos llenas.
La tarea para erradicar esos vicios no será fácil, las instituciones encargadas de sancionar fueron cómplices de los mismos funcionarios, nos referimos al Orfis o a la misma Fiscalía a cargo de uno de los cuates del prófugo veracruzano. Será necesario que los nuevos diputados cierren filas con el Ejecutivo para remover lo más pronto posible a Luis Ángel Bravo Contreras, uno de los hampones que conoce perfectamente las entrañas del gobierno duartista. Los veracruzanos lo esperan.
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