A pesar de luchar contra todo el aparato del estado, Miguel Ángel Yunes Linares pudo vencer al que era considerado el partido más poderoso de México. Sus conocimiento y puntos débiles de su contrincante le permitieron ganarles el brinco. Una estrategia bien estudiada, compuesta de jóvenes y políticos bien bragados, junto a las banderas del combate a la corrupción y cárcel para el ladrón mayor, le agenciaron los suficientes votos para alzarse con la victoria en uno de los estados que más le reditúan, en impuestos como electoralmente, a la Federación.
Solo faltan 10 días para la anhelada transición política; el gobernador electo sabe que no es suficiente haber arrebatado la joya de la corona, ahora se trata de conservarla y gobernarla a pesar de no contar con el presupuesto suficiente.
Sabe que la Federación le jugará las contras para arrebatarle de sus manos uno de los bastiones que en el pasado le ayudó a conservar el poder. Será interesante ver cómo se podrá gobernar y a la vez sortear la embestida de los tiburones y sus rémoras estatales. Aunque Miguel Ángel Yunes Linares ya está acostumbrado a lidiar con ellos.
Comentarios