El gobernador Agustín Acosta Lagunes dejó cuentas limpias, su administración salió con números negros; dejó en la Secretaría de Finanzas y Planeación 14 mil millones de pesos. Considerado uno de los mejores gobernadores, Patricio Chirinos dejó a Miguel Alemán Velasco fondos por dos mil 700 millones de pesos para arrancar el sexenio.
Sin embargo, Miguel Alemán solicitó un sospechoso crédito de tres mil 500 millones de pesos a unos meses de terminar el mandato constitucional, poniendo a Veracruz en una espiral de corrupción. Fidel Herrera Beltrán, haciendo honor a su apodo: La Nauyaca, solicitó un préstamo de diez mil millones de pesos, cuyo destino nunca, jamás, fue conocido como tampoco el destino del préstamo de Alemán.
Hoy Veracruz sufre las consecuencias de la mala decisión de Rosita Borunda, su dedo flamígero fue la que determinó que el regordete corrupto de Javier Duarte fuera el candidato a gobernador que supliría a su oscuro marido.
La realidad es que hoy hay una deuda millonaria incalculable, y lo peor es que será muy difícil recuperar ese dinero. Malas noticias para los veracruzanos; habrá justicia, tardía pero habrá; sin embargo, reembolso de lo mal habido se duda.
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