Después de la vergonzosa caída del sistema a cargo de Manuel Bartlett, Carlos Salinas quiso legitimar y fortalecer su espuria llegada a la Presidencia de la República. Por sugerencias de Manuel Camacho Solís, Carlos Salinas tumbo la cabeza del líder del otrora poderoso sindicato de Pemex, Joaquín Hernández Galicia.
Les siguió Carlos Jongitud Barrios, dueño absoluto de Vanguardia Revolucionaria y cacique del SNTE. Aunque con estas maniobras Salinas no logró legitimarse, mandó un mensaje muy fuerte de quien tenía en ese momento el poder.
Con Miguel Ángel Yunes Linares la historia podría repetirse. En el estado de Veracruz el gobernador electo ganó con buen margen, por lo que no necesita legitimar su llegada a la máxima silla del estado; no obstante será necesario llegar pisando fuerte para que los representantes de los cotos de poder no se le suban a las barbas.
De entrada ahí está César del Ángel, líder de los 400 Pueblos, los líderes de Antorcha Campesina y los Callejas que han secuestrado la SEV. Tenga la seguridad que tratarán de chantajear al gobernador electo para que no les retire de la ubre del Gobierno estatal.
Sin embargo, conociendo el modus operandi y la experiencia que tiene Yunes Linares, no dude que pronto alguno de los líderes del estado que se quiera pasar de listo, será huésped distinguidos del penal de Pacho.
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