Hay que ser un tonto o un ciego para no darse cuenta que Luis Ángel Bravo ha utilizado la procuración de justicia con fines políticos y hasta por intereses económicos. El manejo que dio al caso Porkys es el mejor ejemplo de un fiscal que se pone del lado de los victimarios y no de las víctimas. Pero no sólo es ese caso. Si el nuevo gobierno busca hacer realidad una verdadera procuración de justicia es necesaria la salida de Luis Ángel Bravo.
Maryjose Gamboa también quedó en la comisión de Protección a Periodistas, lo que resulta una paradoja, pues dicha Comisión en el sexenio duartista nunca la apoyó cuando ella fue objeto de los rencores de esos funcionarios enfermos encabezados por Alberto Silva Ramos.