Sólo quedó intacta la sala de cine y una máquina de palomitas donde el gobernador con licencia saboreaba sus palomitas con mantequilla. Resulta sorprendente la gula de los huéspedes duartistas. Se llevaron hasta el perico, eso sí dejaron un conejo y un pavorreal como muestra de su vida de clase VIP.
Por eso los alcaldes han exhibido este saqueo en las redes sociales. Y mientras el pueblo de Veracruz se da cuenta de la gula y magnitud del saqueo del ya considerado peor gobernador del estado de Veracruz, el gobierno federal le da largas para llevar a Javier Duarte ante la justicia. Seguramente esta demora será cobrada en las próximas elecciones municipales.