Peña-Yunes, acuerdos; ¿Duarte fuera de agenda?

Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Yunes Linares FOTO: WEB
- en Opinión

Édgar Hernández* / 

En localizados nichos de redes sociales si hablas bien de Yunes Linares, eres un “chayotero”, si hablas mal, eres un “chayotero”. ¡Basura pura!

Poco creíble que luego de dos horas de diálogo entre el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador electo, Miguel Angel Yunes Linares no se haya tocado el tema Duarte, cuando la bandera del primero para llevarlo a la victoria fue justamente ese.

Acaso fue la oficina del presidente de la república la que sugirió sacar de la agenda el tema, o tal vez si se abordó tan espinoso asuntos y se pactó  máxima secrecía.

Por otra parte es probable que la documentación para “sacudir a México” la haya llevado el veracruzano para una negociación al más alto nivel a cambio del más amplio apoyo para su gobierno.

O en el escenario de las hipótesis ese comedimiento declarativo de Yunes Linares donde asegura incluso que conoce a Peña hace años, sea la resultante de un apoyo recíproco pactado que le permita jugar más allá del 2018.

Toda la especulación anterior es la resultante de la poco creíble versión oficial en el sentido, según Yunes, de que no se abordó el tema de las acusaciones contra del Gobernador con licencia, Javier Duarte, ni de la búsqueda del priista prófugo.

Ese es un tema que tiene su procesamiento ante las autoridades judiciales, no fue tema de la reunión. No fue tema”, respondió a pregunta expresa de alguien ya que el boletín no consigna mayor información.

¿Cómo? ¿Por qué? ¿Así sucedió?, obligado preguntar ya que esa es la noticia que no solo los veracruzanos, sino de toda la república y en lo internacional esperamos desde hace días, máxime que –según el Procurador general Raúl Cervantes- declaró hace unos días que la PGR “está muy cerca de la detención de Duarte”

¿Estar cerca es tenerlo vigilado desde la esquina de la calle de su escondite o quizás tenerlo ubicado con un satélite o que ya esté enchiquerado en la Seido, el campo militar número uno o en alguna mazmorra de la PGR?

Hay incluso quien afirma –creo que fue el escandaloso y protagónico cura Solalide- que Duarte estuvo en el rancho de su suegro Tony Macías, en Chiapas. Otros afirman que se le vio en el estado de México, también en Jalisco y que paró en Coatzacoalcos tras intempestiva fuga en un helicóptero que prestó el chafa interino Flavino Ríos.

Otras voces apuntan que su destino final en estos momentos es San José de Costa Rica, tal vez Brasil donde tiene un apartamento y hasta Canadá donde puede pasar impune dado que no hay convenio de extradición.

Todo está muy disperso.

Y demasiadas son las dudas de la opinión pública como para creer la versión oficial de que el tema Duarte no se trató, justo en el día de muertos, en Los Pinos.

Concedamos, sin embargo, que así sucedió.

¿Lo que sigue es el desmarque de Yunes del tema hasta que se den los tiempos políticos, no de Veracruz, sino de la casa presidencial que decida sacar a la luz pública a quien supuestamente se volvió ojo de hormiga?

Hace doce años Miguel Angel Yunes inició el acopio informativo de la pandilla de los fidelistas. Al soltarla y amenazar cárcel para los saqueadores, se llevó el aplauso de la mano del voto ciudadano. Ganó un millón de sufragios que lo colocarán, el primero de diciembre, en la silla gubernamental, hoy –sin embargo- no es tema de agenda con el presidente, con quien decide, con la máxima autoridad… ¿Raro no?

Y así como ellos juegan a la especulación conviene de cara a la información hacer lo mismo pensando que el tema toral del encuentro fue Duarte; que ambas partes en un diálogo abierto pusieron las cartas sobre la mesa y si hubo acuerdo para que tanto Peña como Yunes se lleven los lauros una vez que se presente en público a Duarte esposado.

Una lectura simple, lineal arroja que el gobernador entrante recibirá el crédito por las denuncias ministeriales sustentadas contra Duarte y que además llevará a juicio a los compinches del próximo reo Duarte: Flavino, Pelegrín, Deantes, Bermúdez, Vicente Benítez, Noemí y dos que tres secretarios de estado más si no sueltan la sopa.

Ello amén de la remoción del Fiscal, Luis Angel Bravo Contreras, de parte del Congreso del Estado, para que una vez fuera le finquen responsabilidades penales por delincuencia organizada y cómplice y gestor de genocidio en Veracruz.

Se entiende además que, como en la guerra, van a devolver a las arcas del gobierno el dinero sustraído por los raterazos y que las mesas de diálogo entre la federación y el nuevo gobierno abrirán horizontes de inversión, empleo, reestructuración de la deuda, dinero fresco en lo inmediato y, tal vez, alguna promesa de carácter político para el 2018.

Por lo pronto en la financiero y esta no es especulación, el propio titular de la hacienda pública, José Antonio Meade declaró que “no hay lugar para un rescate financiero en el caso Veracruz”, pero que hay otros caminos de apoyo a Veracruz: mayor apertura de mercados internacionales; respaldo de la SHCP en programas federales en favor de la salud, educación, obra pública y seguridad.

Veracruz, en efecto, se rascará con sus propias uñas pero habrá libertad de acción con apoyo del centro.

Ya por lo pronto quien gobierna, según él desde su celular, Flavino Ríos, queda como un cero a la izquierda al comprobarse, una vez más, su mente tramposa y llena de truculencias al hablar de que ya merito llegan 11 mil millones de pesos para el rescate.

Podría haber un préstamo o adelanto con cargo a las participaciones que recibirá Yunes Linares, pero no habrá regalo de dinero. Pero además ya nomás eso faltaba, que dieran el dinero a los rateros para distribuirlo con los necesitados.

El tema de la entrevista Peña-Yunes dará pues de que hablar en los siguientes días. Habrá noticias antes de la protesta del nuevo Congreso del estado y otras más antes del primero de diciembre.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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