Comenzó como un rumor, actualmente algunos medios nacionales manejan que Javier Duarte no ha salido de territorio nacional y que le están dando todas las facilidades para preparar su defensa legal. Si se llega a comprobar que alguien le dio el pitazo para huir y que el Gobierno Federal sólo simula aplicar un correctivo, al PRI —y a la Federación por ende— no le alcanzará para lavar la imagen de corrupción.
Es un hecho, que el pueblo veracruzano no solo quiere ver tras las rejas a Javier Duarte y su pandilla de rufianes, quiere que el dinero regrese a las arcas veracruzanas. La toma de Palacio por los alcaldes del PRD, y ahora reforzada con los alcaldes panistas, y hasta priistas, resulta inédita.
El vacío de poder vuelve hacer presencia en el estado de Veracruz, la demora en la detención de Duarte no sólo perjudica al PRI y al Gobierno Federal, provoca un sentido de ansiedad y frustración en la sociedad veracruzana, misma que se verá reflejada en las próximas votaciones. Si Peña Nieto y su partido piensan que se pueden burlar de los veracruzanos, están muy equivocados, y si no que recuerden el fatídico 5 de junio del presente.
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