Que le sigan rascando y le encontrarán, en cualquier lugar de la administración de Javier Duarte hubo corrupción; pocos se salvaron. En este espacio siempre hemos señalado el lastre que significan las juventudes partidistas, en el caso del PRI sus juventudes siempre fueron una especie de mafia al servicio de los grandes capos.
Eso es lo que reporta el periódico Notiver, en donde se informa que «la Procuraduría General de la República investigaría la presunta complicidad entre líderes juveniles del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Veracruz, con Javier Duarte de Ochoa, gobernador con licencia, investigado por operaciones con recursos de procedencia ilícita. Además de hermanos y amigos, Duarte de Ochoa se habría apoyado en dirigentes priistas locales, principalmente jóvenes, que se identifican con su grupo político.
»Los negocios irregulares involucrarían a Sandro Gómez Valdés, actual dirigente juvenil del PRI estatal y Corintia Cruz, quienes han despegado económicamente en los últimos años, y estarían vinculados como prestanombres de Cecil Duarte de Ochoa, investigado por formar parte de la red del actual gobernante con licencia, prófugo de la justicia».
Poco a poco irá saliendo la pus de las heridas, poco a poco irán saliendo los cómplices. ¿Se creyeron estos muchachos que iban a salir incólumes? Si tuvieron algo que ver en el desfalco, como dice la Reyna de Corazones de Alicia en el país de las maravillas: «Que les corten la cabeza».
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