Aurelio Contreras Moreno / En la insólita red de corrupción tejida alrededor del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa y parte de su familia consanguínea y política, destaca el rol jugado por las primas de su esposa Karime Macías Tubilla incrustadas en el gobierno estatal, especialmente una: Brenda Tubilla Muñoz.
La “prima favorita” estuvo a cargo de la producción de todos los eventos especiales y espectáculos del sexenio de Javier Duarte de Ochoa, desde la Cumbre Tajín hasta las fiestas de la Virgen de La Candelaria en Tlacotalpan, el Carnaval de Veracruz, el Festival de la Salsa de Boca del Río, palenques en ferias de pueblo, informes de gobierno y lo que se pudiera.
El más importante de estos eventos y en el que se invirtieron –y seguro también se ganaron- millonarios recursos fue la Cumbre Tajín, de la cual Brenda Tubilla Muñoz fungió como productora general entre 2011 y 2015, y a donde llevó artistas internacionales de primer nivel como Pet Shop Boys, Smashing Pumpkins, Björk y Santana, que no cobran dos pesos por sus espectáculos.
Pero Brenda Tubilla fue más allá: creó la productora artística Happy Ending Entertainment junto con su socio Carlos Martínez Vidaurri, a través de la cual operaron todos los festivales importantes celebrados en Veracruz los últimos seis años, lo que les representó un millonario negocio al amparo del poder.
Gracias a todas estas producciones, adjudicadas directamente a Happy Ending Entertainment, se pudieron cobrar y lavar millones de pesos que, por si no fuera bastante, tenían que haber llegado a los pueblos indígenas de la sierra del Totonacapan, como se supone era un compromiso del gobierno estatal a cambio del usufructo de la zona arqueológica de El Tajín para ese festival artístico desde que inició en el año 2000.
Además del evidente nepotismo y el conflicto de interés que supone nombrar parientes en cargos de responsabilidad gubernamental –práctica recurrente de la administración duartista-, Brenda Tubilla se benefició con dinero público pagado a su productora Happy Ending, lo cual de suyo constituye un fraude al erario por el tráfico de influencias implícito. Y para reafirmar el sello de la casa, empresas subcontratadas para apoyar estas producciones fueron dejadas al garete, no se les pagó y quebraron.
Pero como “el show debe continuar”, y ya para 2016 no había un centavo que destinarle a nada que no fuera el proceso electoral, Brenda Tubilla ya no se encargó de la Cumbre Tajín este año y se fue de Veracruz, a disfrutar de lo “ganado” en el sexenio de su primo político. Y a continuar en el negocio de la farándula.
En julio de este mismo año, Happy Ending Entertainment anunció con bombo y platillo que compró los derechos –que tampoco valen dos pesos- del musical de Broadway “Rent”, para presentarlo en teatros de la Ciudad de México, espectáculo que como todos los de su tipo, necesita de una fuerte inversión para su producción.
¿Cuánto dinero se le pagó a Happy Ending Entertainment durante el sexenio de Javier Duarte? Es sin duda una buena pregunta que merece ser respondida, de preferencia, ante un agente del Ministerio Público.
La prima consentida de Karime Macías es otra de las implicadas en el saqueo a Veracruz que no merece, de ninguna manera, un “happy ending” para sus fechorías.
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