Luis Ortiz Ramírez / Durante 12 años los veracruzanos fuimos gobernados por una verdadera mafia. La Cosa Nostra, como también es conocida, se caracteriza por tener el control en cada barrio, ciudad o hasta estado, es dirigida por una «familia», que está subdividida en rangos desde simples soldati, pasando por capos y consiglieri hasta llegar al más alto estatus dentro de la familia. El líder de la mafia casi siempre es el “Padrino” o el que da las ordenes. En Veracruz llego a Gobernador el Capo de Nopaltepec, con el apoyo de grupos de dudosa reputación, logro llegar al poder, donde coloco en puestos claves a su caterva de delincuentes.
Cuando este capo sale como cabeza visible de la gubernatura, logra poner en el poder a un sujeto con voz chillona, pie plano, y con una notable obesidad. Su trabajo seria tapar los huecos financieros que el capo saliente dejaba. Sin embargo las cosas se le salieron de cauce, el gordo gobernante, discriminado por su apariencia y víctima de bullying laboral por el mismo capo de Nopaltepec, comenzó a perder el piso.
Sus humildes orígenes como panadero, lo perseguirían por doquier, de manera que para apagar esos recuerdos, comenzó a comprar casas, yates, joyas, autos, claro, todo a cuenta corriente del Gobierno.
El Capo, se transformó, comenzó a comprar con dinero del pueblo de Veracruz. Desde luego que para hacer esas actividades, que le redituaban dividendos con la familia de su esposa, requería blindarse.
Por eso cuando llego la campaña presidencial del candidato de su partido el PRI, vio la oportunidad de contribuir económicamente con la friolera cantidad de 2500 millones, mismos que fueron sacados de las diferentes dependencias. Tomo dinero que era para las medicinas de los enfermos, también las escuelas se vieron afectadas. Creyó que este de esta manera el preciso, le dispensaría cualquier cuenta, cuando este saliera.
Le pidió a los encargados del billete de estas secretarías, que se mocharan, estos mafiosos lo hicieron, comenzaron a desviar recursos de las partidas federales, pero también vieron la oportunidad de jalar agua para su molino. Uno de ellos comenzó a comprar aviones, helicópteros, flotillas de tráileres, y comenzó a alquilárselos al propio gobierno.
El que le siguió en el puesto, un tipo feo y acomplejado, de pelo lacio, vio la oportunidad de aprovechar el puesto para agenciarse carne fresca, este sujeto, obligaba a las maestras a bailarles como si la oficina de la SEV, fuera cualquier congal de quinta. Este siniestro personaje comenzó a comprar propiedades en Costa Rica. Con dinero, mucho dinero, el Capo de la voz chillona, logro colocarlos en el poder, como diputados, para blindarlos del largo brazo de la ley, total, la famiglia es la familia.
La vocera de la mafia, no se quedó atrás, esta traía escuela del “Chueco del Caribe”, preso en una cárcel federal de los Estados Unidos, esta madame, contrato a medios electrónicos y escritos, para dar a conocer las bondades del Capo de la voz chillona, pero también vio la oportunidad de agenciarse recursos, comenzó a comprar casas, autos, restaurantes, también, compro maquinaria y edificios, para poner su propio medio de comunicación, claro, su mejor cliente era el propio gobierno.
Hubo otro delincuente, conocido como el rey de los celulares, ya que antes de llegar a formar parte de la Cosa Nostra, se dedicaba a la venta de estos, claro, por menudeo. Este personaje era considerado el “Mapache mayor”, sus trastupijes para hacer ganar a cualquier candidato eran considerados de leyenda. Este facineroso funcionario al saberse sobrevalorado, comenzó a hacer de las suyas. Seguramnte tenía problemas con la vejiga, por eso se mandó hacer una casa con más de 12 baños, conocida como “Villa meona”, valorada en más de 5 millones de dólares.
Todos estaban felices, y todos le apostaron a la victoria del 5 de junio, aunque el Capo de la voz chillona, tenía el control, no pudo convencer al jefe de la Nomenclatura, este eligió a otro candidato, es cierto que eran del mismo partido, pero este vendría a darse cuenta de los delitos y rapacerías que sus ahijados habían cometido.
De modo que el Capo, comenzó a coquetear con un partido de la izquierda, que se dejó consentir, acostumbrado a soltar billetes, para arreglar los problemas, el capo aposto mal. La fuerza de su contrincante azul, crecía cada día más. Finalmente, el capo perdió el Estado ante su peor pesadilla. Sus corifeos, acostumbrados a la traición, se desaparecieron, algunos, los que estaban como funcionarios pidieron licencia, sobre todo el encargado de la policía, este sujeto lleno de propiedades en el extranjero, acusado de delitos de todo orden, fue de los primeros en darse a la fuga.
El Capo al saberse perdido y expulsado de su partido, busco refugio, quiso aparentar normalidad en su vida, se exhibía jugando golf, no importando que este deporte lo exhibiera con poses muy femeninas. Y de repente, en un descuido, se dio a la fuga con la ayuda y contubernio de la mafia local, a la que siempre había pertenecido.
Este Capo, deja un estado endeudado, lleno de fosas, de desaparecidos y con más de 30 periodistas asesinados. Hoy la sociedad veracruzana, solo espera que el Capo de la voz chillona, aparezca esposado y sea refundido en un penal de alta seguridad. Pero sobre todo, espera que la justicia lo obligue, a regresar los más de 100 mil millones que no aparecen.
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