Le pese a quien le pese, le duela a quien le tenga que doler pero este primero de diciembre los veracruzanos tendrán a Miguel Ángel Yunes Linares tomando protesta como nuevo gobernador constitucional. El Gobierno Federal está contra las cuerdas; su pereza y tardanza levantan sospechas; el chantaje mediático de expulsar del partido tricolor a Javier Duarte no surtió efecto. Los veracruzanos quieren la cabeza de Duarte y que este ladino regrese el dinero que se agenció ilícitamente.
Los agoreros se quedarán con un palmo de narices. Las embestidas provenientes de Los Pinos han sido fuertes; la tardanza del Tribunal Federal Electoral (Trife) no es gratuita. Los señores de la toga y el birrete sólo se mueven si les manda la orden el grisáceo Peña Nieto. Estos sujetos, que son los mejores pagados del mundo, deben validar la victoria de Yunes Linares inmediatamente. Los veracruzanos lo esperan.
El obús que mando Yunes Linares dio en el mero centro del sistema priista; ellos saben que la caja de Pandora puede ser abierta con la única llave que tiene en su poder Miguel Ángel Yunes Linares, los nombres de los funcionarios estatales y federales embarrados de estiércol se encuentran bajo resguardo en una bóveda secreta.
Las repercusiones por impedir la llegada de Yunes Linares serían nefastas para la maltrecha democracia en el país. Así que es mejor que den paso al diálogo y respeten la voluntad de más de un millón de veracruzanos que votaron por la alternancia.
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