Pues sí que le está sacando jugo Flavino Ríos Alvarado a la gubernatura de cuarenta y tantos días. Para empezar, no ha parado de inaugurar obras en todo el estado. Ya corrió la voz a todos los municipios amigos para que lo inviten a todo, incluso bodas, bautizos y quince años. Hace bien, son pocos días los que le tocarán de gobernador.
Él hubiera preferido que la renuncia de Javier Duarte se hubiese dado al menos dos años antes de terminar el sexenio, sin embargo, esta parte es la que le tocó vivir y no le queda de otra que aprovechar el momento histórico que está viviendo. Esperamos que no se encariñe tanto con el puesto, porque el primero de diciembre tendrá que entregar el gobierno a Yunes Linares. A ver si él, tan listo como es, no se anda creyendo los cuentos que los duartistas siguen soltando.
Ya lo dijo, o al menos esa es la cabeza de un boletín en la página de Comunicación Social: «Entregaremos una administración en calma, con tranquilidad política y estabilidad». Flavino debe entender del gran agravio que durante 12 años vivimos los veracruzanos, debe entender que los ciudadanos ya queremos echar para adelante el estado, queremos dejar de ser el hazmereír de todo el país, que piensa que por tontos y negligentes hemos dejado que dos canallas gobiernen Veracruz.
Comentarios