Édgar Hernández* /
¡La de Duarte, una licencia pactada!
Previo a su “comparecencia” ante Televisa para adelantar su solicitud de licencia, el gobernador Javier Duarte fue citado a Bucareli.
Fue ahí donde de manera categórica el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong le dijo que tenía que irse.
El asesinato y destazamiento de los universitarios sumado al estado de violencia e ingobernabilidad por la disputa de la plaza entre grupos criminales –los Zetas y Nueva Generación- lo hacían insostenible.
Javier Duarte derrotado aceptó no sin antes “negociar” los términos de su salida que incluían un salvoconducto familiar y un juicio penal justo, apegado a la ley. Ello a cambio de guardar silencio y no utilizar como herramienta mediática de defensa una presunta entrega de dos mil 500 millones de pesos para la campaña de Enrique Peña Nieto en 2012.
El aparato a cambio le garantizó en equidad, llevar hasta sus últimas consecuencias la investigación contra Yunes Linares sustentado en un desmesurado enriquecimiento ilícito.
Todo ello a sucederse antes del primero de diciembre.
El inicio del fin se registra el pasado lunes 10 de octubre con fecha de conclusión este miércoles 12 llamado por la propia clase política “Día de la Rata”, lo cual dio tiempo para armar todo el tinglado que incluía presentar licencia el miércoles 12 en el programa televisivo de Carlos Loret, de Televisa, empresa a la que previamente se le regularizó el adeudo pendiente de cien millones de pesos, esperar el arranque de la Permanente en el Congreso local para evitar que el pleno impidiera la asunción de Flavino Ríos y salir de Veracruz sin escándalo… por el momento.
Todo salió bien, salvo un pequeñísimo detalle.
Hace 10 años Miguel Angel Yunes Linares, experto en asuntos de inteligencia, seguridad nacional y espionaje, empezó a dar seguimiento a la pandilla de la Fidelidad.
Empezó por documentar el diferendo entre los gobernadores Fidel Herrera y Enrique Peña Nieto –ambos en apetito por la presidencia de México- que dio lugar a una balacera en el puerto el 12 de mayo del 2007 donde murieron en plena calle cuatro escoltas que custodiaban las vacaciones de los hijos del mexiquense.
Fidel empezaría a limar las asperezas con su par a través de Jorge Carvallo, quien siempre presumió la amistad con el hoy primer mandatario de la república con quien colaboró en el estado de México.
En 2010 se da la asunción a la gubernatura de Javier Duarte, para luego sucederse el destape de Peña en septiembre de 2011, respaldado -por instrucciones de Fidel- por el gobierno estatal seguido del ofrecimiento de soporte financiero y la garantía de entrega de la tercera reserva electoral con 1.4 millones de votos.
De hecho el propio Carvallo como coordinador de la campaña presidencial en Veracruz, fue asignado como el enlace político-electoral, no así el financiero que corrió a cargo de Harry Grappa y Vicente Benítez, el famoso carga maletas de Duarte.
Todo este seguimiento lo hizo de manera puntual Yunes Linares, quien ya para entonces tenía en su poder un abultado expediente de las rapacerías de Fidel y sus chamacos.
Incidente menor fue el tema del decomiso de la PGR, en Toluca, de 25 millones de pesos del gobierno de Veracruz,transportados en un avión del Gobierno estatal que saca a balcón al entonces Secretario de Finanzas, Tomás Ruiz, al carga maletas Vicente Benítez y otros empleados de media cuchara.
Las diferencias que de origen fueron entre Fidel y Miguel las facturaría la “Nauyaca” a Javier Duarte, quien con otro estilo, cero sensibilidad y con una mecha corta igual a la de su nuevo enemigo, es que se trenzan en interminables batallas a lo largo del sexenio.
Miguel Angel, le pone el primer zancadillazo cuando en la elección presidencial del 2012 le arrebata la plaza a Peña Nieto y coloca como triunfadora electoral en Veracruz a Josefina Vázquez Mota.
Duarte, sin embargo, es perdonado por EPN, ya que en modo alguno seguiría apoyando con dinero y propiedades, amén del millón de votos entregados que si bien no demostraban el control de la plaza, sí servirían para el acumulado electoral a nivel nacional.
Después de eso Miguel Angel prosigue con su labor de zapa, ahora por la vía del señalamiento de los desvíos de dinero público y compras de bienes inmuebles que dan lugar, al paso de los años, al descubrimiento de toda una red delincuencial de saqueo de dinero público e inconfesables alianzas con el crimen organizado.
Viene la campaña para la renovación gubernamental en este 2016 que concluye el 5 de junio con la victoria de Yunes Linares de cara al descrédito de Duarte y su pésimo gobierno, así como el nuevo giro que tomaría la lucha política.
En efecto, es muy posible que Duarte no abra la boca para denunciar apoyos no lícitos al candidato EPN, pero Miguel no está obligado a lo mismo.
Es por ello que cuando anuncia que “Cimbrará a México” con información bomba eventualmente se refiere a la “donación” de los 2 mil 500 millones de pesos del gobierno de Duarte para la campaña de Peña Nieto; se refiere a presuntas propiedades en el extranjero entregadas a terceras personas para beneficio del grupo presidencial y se refiere a ciertos secretarios de estado federales que a lo largo del sexenio de Duarte se vieron beneficiados de manera personal y en sus proyectos políticos.
Es toda una red de complicidades que incluso en el rebase pondrían en serio predicamento al primer círculo presidencial mismo que obligaría al propio presidente de México a inclinar la balanza de la sucesión presidencial en favor de Miguel Angel Osorio Chong o de plano entregarse a la alternancia en favor del PAN.
En cualquiera de los escenarios la advertencia de Miyuli está dada.
El ha dicho que no es baraja de cambio, pero si un animal político que sabe que la negociación es el eje fundamental de su supervivencia política hasta ahora en riesgo al no asomar dos señales, la primera: es obligado que el TRIFE reconozca su legítimo triunfo y, la segunda que dialogue con el presidente Peña Nieto.
De hecho parte del protocolo presidencial es recibir a los gobernadores electos una vez legitimado su triunfo. El de Miguel Angel, sin embargo, está en el ya merito.
Ya mismo el interlocutor presidencial, Osorio Chong, a cuyo grupo pertenece Miguel Angel, tiene la sartén por el mango y con ello el destino de su afiliado.
La dimensión nacional que ha cobrado Yunes Linares pone en riesgo al PRI y el propio aparato de poder federal. Es una dimensión que se ha visto momentáneamente menguada por el descabece de Javier Duarte, al solicitar licencia y quedarse sin bandera en su lucha contra los corruptos priistas –partido en el que militó casi dos décadas-.
Sin embargo, este león trae una bomba que hará cimbrar a México… más bien a los pinoles.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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