Cuando le preguntaron a Javier Duarte, en la entrevista donde anunciara que pediría licencia al cargo de gobernador de Veracruz para enfrentar las acusaciones en su contra, quién sería el gobernador sustituto, el que preguntaba soltó el nombre de Flavino Ríos Alvarado, a lo que el cuestionado asintió, mostrando que era posible, pues tenía su complacencia. Sin embargo no necesariamente tendría que ser Flavino Ríos Alvarado.
Hasta hace unos meses la gran mayoría hubiera estado de acuerdo en que el secretario de Gobierno de Veracruz fuera el gobernador sustituto para los últimos 48 días de este sexenio, sin embargo, Flavino Ríos Alvarado, con su actitud encubridora, con sus declaraciones desafortunadas (sí dijo que Yunes Linares no tomaría posesión como gobernador), con sus mentiras a medias ha dejado de ser viable. Flavino Ríos en unos cuantos meses echó por la borda una trayectoria profesional que había venido forjando desde hace muchos años.
De llegar él a ser el gobernador por estos cuarenta y tantos días, seguro seguirá entorpeciendo las investigaciones en contra de Javier Duarte. Si llegase a ser gobernador sustituto habría que estarle recordando que Duarte ya no es su patrón, porque esa servidumbre lo marcó de por vida.
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