De manera honesta y valiente el periodista Édgar Hernández reconoció su error al haberse dejado llevar por el entusiasmo de una exclusiva que al final resultó ser una información falsa.
Con gran humildad nuestro colaborador pidió disculpas a Miguel Ángel Yunes Linares, señalando que asumía el error como propio, así como «la falta de cuidado y ausencia de rigor periodístico al no comprobar el presunto aserto periodístico».
El caso deja muchas enseñanzas a quienes nos dedicamos a la profesión del periodismo. Y es que son muchos los actores políticos que nos llegan con “grandes exclusivas” que sólo están sustentadas por la palabra del que lo dice y cuya única intención es empinar al periodista.
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