En un principio el Papa Francisco se veía como un líder progresista que buscaba eliminar cualquier rasgo de corrupción en el Vaticano. En algún momento, el mensaje del Papa sobre la familia era incluyente: «Por pensar que todo es blanco y negro, a veces cerramos el camino de la gracia y el crecimiento… no hay un estereotipo de la familia ideal, sino más bien un mosaico difícil compuesto de muchas realidades diferentes, con todas sus alegrías, esperanzas y problemas».
Asimismo, fue el Papa Francisco quien admitió que había una fuerte presión por parte de una corriente homosexual en la iglesia católica la que hacía peligrar la fe de muchas personas. Sin embargo, ahora vemos que de esa limpieza ya se olvidó, pues se está ocupando de enmendarles la plana a otros países. ¿A eso no se le puede llamar intervención?