Édgar Hernández* / Alberto Sosa Hernández, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia lamenta que haya quienes por motivos personales desprestigien a la institución que encabeza; rechaza que el tribunal haya prestado dinero alguno al ejecutivo del Estado, e insiste en que cualquiera de los magistrados “tiene posibilidad de sucederle en el cargo”.
Cuidadoso en sus expresiones, sin citar nombres en lo específico, ni mostrar alteración alguna, Sosa Hernández, en prolongada charla con el reportero señala que es falso “de toda falsedad se haya prestado dinero del Fondo Auxiliar del Consejo de la Judicatura al Gobierno del Estado”.
Es más: “no prestaría ni de mi dinero”.
Consideró asimismo “normal” que a cada proceso interno para la renovación de la presidencia se registren todo tipo de acusaciones sin sustento.
Antes, cuestiona el reportero, ¿Y su salud física?
“Bien”, ataja.
¿Bien?
“Sí. Muy bien. Ha de recordar usted hace unos meses que estuvo en mis oficinas le mencioné una vieja dolencia cervical que ameritaba una operación de columna que finalmente superé con medicinas y ejercicios adecuados… y mire lo que son las coas ello ha servido de pretexto para politizar el tema”.
En efecto, en los corrillos políticos se ha especulado que ante un eventual cambio en el ejecutivo del estado, Alberto Sosa Hernández no podría ocupar la gubernatura, a lo cual al entrevistado le provoca más que risa, una seria reflexión en torno al ser y deber ser, ese transitar de las hipótesis a los hechos y a la realidad y esa insana pretensión de ciertos interesados de hacer caer en el garlito por presuntos apetitos de ese tipo “que no es mi caso”, dice.
“Ve mi estado de salud, Edgar. Recuperado totalmente de las vértebras. La última vez no podía ni voltear la cabeza. Hoy es diferente”, asegura tras girar la cabeza en repetidas ocasiones.
El asunto de los “males” de don Alberto ha servido, sin embargo, para el golpeteo. Vaya hasta el propio particular del presidente del TSJ, Cristóbal Roa, ha sido atropellado al hacerse público el cáncer que padece que, según una publicación, se atiende con cargo al presupuesto de la oficina.
“Eso me parece poco justo. No se puede medrar y atacar a alguien enfermo de cáncer como yo acusándome sin fundamento”, dijo el propio Roa a pregunta de este reportero al final de la entrevista con Sosa Hernández.
Pero, regresando al punto.
Alberto Sosa lamenta que del propio tribunal haya quien tome un espacio de opinión para dar como ciertas afirmaciones falsas.
“Va contra natura que nosotros que impartimos justicia, que somos jueces a partir de hechos y evidencias comprobadas recojamos versiones no ciertas para emitir juicios de valor”.
E insiste en que “Por única vez en lo que corresponde a mi persona voy a dar una respuesta (…) lo que se dice salió en columnas y resulta ser, que como usted sabe, jamás que yo recuerde nosotros hemos tenido un presupuesto de más de mil 600 millones, mucho menos tendríamos para hacer algo que sería absurdo, que prestemos dinero”.
Aclaró que al interior del Poder Judicial, que tiene un presupuesto que no rebasa los mil 300 millones, nadie tiene la potestad de prestar ese dinero, sumado a que no tiene ni para cubrir algunas prestaciones, “evidentemente yo tampoco prestaría de mi bolsa”.
El magistrado Alfredo Algarín interrumpe la conversación; Edgar Mauricio Duck se despide de manera cortés del magistrado Sosa, Gustavo Cadena, muy atento y respetuoso como siempre y la efervescencia de este mediodía de trabajo que no para.
Sin referirse a ningún magistrado o magistrada en lo específico, garantiza que todos sus pares pueden aspirar a sucederle en la cargo, pero se necesita ser propuesto o propuesta ante el Consejo de la Judicatura.
En otra parte de la conversación asegura que en su periodo se logró consolidar la infraestructura del poder judicial no sólo en Xalapa, si no en la mayoría de los distritos judiciales y prueba de ello es el edificio que alberga la presidencia.
Asimismo, agrega, “En los 100 años de historia del Poder Judicial, nunca había crecido la infraestructura como en los últimos seis años, en los que le ha correspondido encabezar al Tribunal Superior de Justicia, y prueba de ello, señaló el nuevo edificio sede, así como la construcción de las ciudades judiciales de Veracruz y Cosamaloapan.
Alberto Sosa Hernández manifestó tener la conciencia tranquila por su quehacer público y sobre las acusaciones de haber plagiado su tesis aclara que él no tuvo que elaborar una tesis, al titularse por promedio de excelencia.
Sostiene finalmente que eso de que el Poder Judicial va directo al inframundo habría que revisarlo de cara a la realidad judicial en donde “se ha creado la mayor infraestructura, se ha profesionalizado al personal y se ha implementado un nuevo sistema de justicia penal para lo cual estamos listos”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo