Pues resulta que ahora los que se están rasgando sus vestiduras a favor de Duarte son los diputados federales del PRI, según ellos por la “injusticia” que su propio presidente de partido, Enrique Ochoa Reza, quiere cometer al quitarle sus derechos como militante. Cheque usted la calidad moral de los defensores: Antonio Tarek Abdalá, que por cierto ya tramitó un amparo por si las moscas; Cirilo Vázquez Parissi, hijo de cacique y junior malcriado, y Javier Herrera Borunda, hijo del creador del Frankenstein en el que se convirtió Duarte.
Vaya cinismo de estos legisladores. En un desplegado reclamaron por «injustas y desproporcionadas» las expresiones en torno a la posibilidad de sancionar al gobernador, a quien refrendaron su «apoyo incondicional». Tenga usted por seguro que el manotazo que mantendrá tranquilo a estos diputaditos no vendrá del comité ejecutivo nacional del PRI, sino del mismo Ejecutivo federal. Así que «calladitos se ven más bonitos», que por metiches hasta a ellos les va a tocar de la están repartiendo a Javier Duarte.