Luis Ortiz Ramírez / Cuenta la leyenda que antiguamente los reyes de Tailandia, cuando no estaban satisfechos con un súbdito, le regalaban un elefante blanco. El súbdito debía darle comida especial y permitir el acceso a aquellos que quisieran venerarlo, lo cual tenía un costo que muchas veces arruinaba al súbdito.
Lo que si es cierto es que la frase “elefante blanco” es atribuida a posesiones que tienen un costo de manutención mayor que los beneficios que aportan, o a aquellas que proporcionan beneficio a otros, pero que únicamente ocasionan problemas a su propietario.
El SNTE es precisamente eso, un elefante blanco, muchos caciques magisteriales, no quieren reconocer su realidad, sin embargo, después de que el Gobierno Federal recobrara utópicamente la rectoría de la educación, después de conocer el número de escuelas y maestros, el SNTE ya no les sirve a los jerarcas del dinero y del poder político. Además, después de constatar que el SNTE ya no es un bastión de votos electorales a favor del PRI, y que los lideres seccionales ya no tienen el control de los maestros, el SNTE estorba a los planes del Gobierno.
El SNTE fue hecho a la medida de las necesidades del revolucionario institucional, su voto corporativo permitió durante más de siete décadas que los gobiernos emanados del PRI, disfrutaran de las delicias del poder, simonía, nepotismo, favoritismos y corrupción, mucha corrupción.
Hoy el Gobierno Federal, ya se percató que su famosa Reforma Educativa no cuajo en el ánimo magisterial. La Reforma Educativa es un amasijo de recomendaciones extranjeras neoliberales que no cuadran con las necesidades de las escuelas mexicanas, su geografía y su pluricultaridad, son una verdadera barrera.
Sin embargo el gobierno federal requiere todavía de los servicios del SNTE, es necesario que el sindicato magisterial que algún día presumía su poderío, justifique sus intentos por hacer creer a la sociedad mexicana que en realidad se busca la calidad educativa.
Por eso aun los invitan a sus actos protocolarios, por eso comparten en ocasiones el pan y la sal, a regañadientes y entre murmullos el SNTE aun tímidamente comparte la alcoba con el gobierno federal. Se deja seducir por el Gobierno Federal, de ahí depende su sobrevivencia.
Sin embargo el SNTE sale perdiendo de esta adulterina relación, el SNTE ha perdido legitimidad ante los maestros, el SNTE es solo una ilusión ya no resuelve nada, ya no compone nada.
No obstante, existe preocupación entre la cúpula de poder del SNTE, por un lado la CNTE ha permeado las filas del sindicato oficial, y por otro, rápidamente nacen nuevos sindicatos en las 32 entidades federativas.
Comienzan a surgir voces inconformes pidiendo cuentas claras sobre las cuotas sindicales, que cada quince días se descuentan vía nómina.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha recibido más de mil 792 millones de pesos en los últimos 15 años por parte de la Secretaría de Educación Pública por concepto de “cuotas sindicales”, lo que significa que por día a las arcas de la organización del magisterio se le adjudicaron más de 327 mil pesos que fueron descontados a los maestros de la educación básica. Las preguntas obligadas son ¿Dónde está ese dinero? ¿En que se utiliza?
Es un hecho que los metros están sujetos al SNTE, por las buenas o por las malas, ya que en el estatuto del sindicato, en su artículo 18, establece que los miembros del magisterio “cubrirán por concepto de cuota sindical ordinaria 1% del total de su sueldo; estas cuotas serán descontadas quincenalmente por la autoridad competente de los emolumentos de los trabajadores y se entregarán directamente al Comité Ejecutivo Nacional, que celebrará con las autoridades que correspondan los convenios necesarios relativos a los descuentos, para contar oportunamente con la cantidad íntegra de éstos”. Empero, los maestros al ver que el SNTE, no defiende los derechos laborales, muchos maestros están solicitando la devolución de sus cuotas sindicales y buscar cobijo en otras siglas.
En el caso de Juan Díaz de la Torre, este solo es un sujeto de papel, un títere que es manejado desde bambalinas por los barones del dinero. En estos momentos el SNTE, padece de credibilidad y fortaleza, su unidad de la que tanto se ufanaban es solo un espejismo.
Los maestros han comenzado a reclamar lo que les corresponde, están comenzando a abrir los ojos.
El yugo charril y los cacicazgos comienzan a debilitarse, las manifestaciones, después del 2013, han comenzado a ser más organizadas. Las secciones del sindicato magisterial, piden unidad, sin embargo en la realidad ya no existe, solo existe conveniencia e interés.
Y lo más preocupante para el SNTE, su hacedor el Gobierno Federal, lo tiene en la mira, sabe que en cualquier momento cambia de secretario general o lo limita más de lo que ya está.