Filiberto Vargas Rodríguez / Distraídos con el tema de los relevos en el gobierno federal y sus implicaciones para Veracruz, pocos pusieron la atención en el más reciente comunicado de la empresa calificadora Fitch Ratings, en el que se dan a conocer detalles de la Asamblea de Tenedores de los Títulos de Deuda de los Certificados Bursátiles Fiduciarios (Ceburs) de Veracruz.
En el encuentro se acordó otorgar a Veracruz una “dispensa” para que tenga acceso a los fondos remanentes de los fideicomisos, que representan cerca de 2 mil millones de pesos, lo que representa un respiro para las agobiadas finanzas estatales.
Como aquí mismo se informó, el pasado 25 de agosto Fitch Ratings anunció que bajaba la calificación de la calidad crediticia del estado de Veracruz a ‘BB+(mex)’ desde ‘BBB(mex)’. Además, colocó a la entidad en Observación Negativa y se ajustaron las calificaciones específicas de los financiamientos bancarios y emisiones bursátiles que integran la deuda directa del Estado.
La principal razón para castigar a Veracruz con esta baja en su calificación crediticia fue el deterioro en su posición de liquidez derivada de un incremento súbito en su pasivo circulante, así como un detrimento significativo en la flexibilidad financiera de la entidad.
Según la calificadora, la administración estatal de Veracruz mostró en 2015 un “incremento repentino” del pasivo circulante de más de 3.6 veces respecto al cierre 2014. Lo grave es que la tendencia se mantuvo a la alza, según el avance presupuestal del segundo trimestre de 2016, que refleja un monto de 17 mil 542 millones de pesos, tan sólo en pasivo circulante.
Resulta que en la mayoría de los créditos bancarios contratados por el Estado y en las emisiones bursátiles se estipula una restricción relacionada con el pasivo circulante. Esta limita el pasivo de corto plazo a partir del cierre del ejercicio 2013 y hasta que se liquiden la totalidad de los financiamientos a un monto máximo de 800 millones de Udis (equivalentes al día de hoy a 4 mil 357 millones de pesos). De acuerdo con el reporte del auditor sobre la Cuenta Pública 2015 el Estado incumplió con este compromiso financiero y por ello se activó un evento preventivo.
Frente a este hecho, la flexibilidad financiera amenazaba con verse aún más limitada, pues la retención por parte del Fiduciario (Banco Invex) de los remanentes del fideicomiso sería cercana a los 2 mil millones de pesos en 2017.
En la Asamblea de Tenedores de los Títulos de Deuda de los Certificados Bursátiles Fiduciarios, que se celebró el pasado 29 de agosto, se acordó no desactivar el evento preventivo, ya que se mantiene vigente el incumplimiento de la obligación financiera mantener el pasivo circulante abajo de los 800 millones de Udis.
Sin embargo, a partir del 2 de septiembre de 2016 se otorgó una “dispensa temporal” al Fiduciario para que entregue al Estado las cantidades existentes en el fondo de remanentes y no efectúe ninguna retención adicional de los recursos que se depositen en dicho fondo.
En opinión de la calificadora Fitch Ratings, la liberación de los fondos de la cuenta de remanentes de las emisiones “libera presión a la posición de liquidez deteriorada del Estado“. Sin embargo, aclara que la calificación permanecerá con Observación Negativa.
Fitch anunció que habrá de monitorear puntualmente la evolución trimestral del pasivo circulante y las medidas que implemente el Estado para cumplir con los compromisos financieros estipulados en los contratos de las emisiones.
Advierte también que estará atenta al cambio de administración, el 1 de diciembre de 2016, así como a las medidas y acuerdos que adopte el gobierno estatal nuevo respecto a los compromisos financieros y saneamiento de las finanzas estatales.
Apenas un vaso de agua en la mitad del desierto, pero que sabe a gloria.
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