Todavía quedan 80 días de gobierno y Javier Duarte anda suelto para hacer más tropelías. Ya se puso de acuerdo para despojar al estado de terrenos que pertenecen a todos los veracruzanos pero que él los piensa donar a particulares. Ya mandó las iniciativas porque en su locura se cree que él es dueño del patrimonio del estado.
Para ello, los miembros del Congreso, sus diputados priistas y jauría rastrera, se pusieron de acuerdo para aprobar un robo más. Es por ello que los veracruzanos estamos a la expectativa, pendientes de que el presidente Peña Nieto salga de la hondonada en la que sus funcionarios federales lo han metido para que de una vez por todas se dé cuenta de lo que sucede y ha sucedió en Veracruz.
Si Peña Nieto no hace nada y deja que Javier Duarte se retire impune a disfrutar en Woodlands de sus raterías, entonces el presidente de la república nunca volverá a ser bienvenido en Veracruz. ¿Para qué arriesgarse? ¿Para qué defender a un sujeto que también a él lo defraudó? Si no hace nada, si lo defiende nos quedará muy claro que Peña Nieto es de la misma materia viscosa y maloliente que el gobernador Duarte.
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