Los Yunes y los retenes

Xalapa, Ver.- Reten de policía que se ubica en la entrada de Xalapa a la altura de Las Trancas FOTO: MIGUEL ANGEL CARMONA/FOTOVER.
- en Opinión

Salvador Muñoz / El pasado quince de agosto, un convoy con indeterminado número de unidades, entró a Soledad de Doblado y cerca de palacio municipal, dispararon y tras matar a cinco personas, se retiraron.

El 19 de agosto, un convoy con un número aproximado de quince vehículos, de acuerdo a las noticias dadas, llegaron a dos comunidades de Alto Lucero, donde tras levantar a un grupo, mataron a ocho.

¿A qué voy con esto? Que es evidente que si yo, un simple ciudadano, al tanto de las noticias, veo a un convoy (entiéndase éste de cuatro vehículos en adelante, en columna), de inmediato, me han de saltar dos razonamientos:

1.- De seguro viene un pez grande…

2.- Es político o es “maloso”.

Si eso me imagino yo, ¿qué ha de imaginar un policía, colocado en un retén, cuando le dicen: “Se aproxima convoy”? ¿Lo detiene o lo deja pasar? Quizás en aras de no meterse en problemas, lo dejaría pasar… ¿pero si le ordenan detenerlo?

II

Es paradójico. Miguel Ángel Yunes Linares y familia, junto con otros colaboradores, es detenido en un retén, a la salida de Xalapa, por Las Trancas, cuando un día antes, demandó al Presidente Enrique Peña Nieto reforzar la seguridad ante la creciente ola de crímenes en Veracruz.

Muy independiente de qué tan “ilegales” son los retenes en nuestras carreteras en aras de preservar la seguridad del ciudadano por encima del derecho al libre tránsito, éstos no dejan de ser vistos con resquemor, desconfianza, malestar, más cuando uno se presume inocente.

El hecho de que Yunes y comitiva hayan sido detenidos, puede ser tomado desde dos ángulos:

El primero, desconfiando, se podría presumir el hostigamiento de un Sistema que fenece contra un Sistema que está a punto de nacer. Ello nos llevaría a pensar que los movimientos del Gobernador electo están vigilados y si se ordenó la detención y revisión de sus unidades, fue con el único fin de molestar, incomodar, fastidiar… eso, insisto, en el caso de que hubiera una intención perversa. Por supuesto, si se ordena a los elementos de Fuerza Civil tal acto, se supone que el único con voz y mando para ello es el titular de Seguridad Pública, no otro.

El segundo ángulo, siendo optimistas, es que al ver seis unidades, y pretendiendo entender que desconocen las placas, se dio lugar al “sospechosismo” en aras de preservar la seguridad que, se dice, para eso está ese Retén a la salida de Xalapa rumbo al puerto jarocho.

Dicen los reseñistas de esta nota, que una vez que se identificó al Gobernador electo y se dio parte a los altos mandos, los Yunes y comitiva siguieron su camino a Boca del Río.

III

Que debió generar incomodidad en la familia Yunes y cuerpo de acompañantes, ¡por supuesto! Estoy seguro que muchos ciudadanos tienen historias que contar sobre ese famoso retén en Las Trancas. En lo particular, he sido detenido en un par o más de veces por elementos de Seguridad Pública en otros retenes. ¡Claro! Basta sacar mi licencia de conducir, la cédula de unidad, que el uniformado cheque que vehículo y documentos coincidan, ¡y listo! prosigo mi camino, pero como que no se siente uno bien que un elemento de Seguridad vea en nosotros sospecha, siendo blancas palomitas… si eso siente uno como simple ciudadano, imagine a un personaje de la talla de Miguel Ángel Yunes Linares, “¡es el Gobernador electo!”, me dice un amigo.

Por supuesto, casos como éste, el que vivió Yunes y comitiva, ya vimos que no son clasistas ni con tintes revanchistas (en verdad, es lo que uno espera)… al parecer agarran parejo…

Tan parejo que el pasado 5 de junio, en un retén a la entrada de Coatzacoalcos, fue detenida la unidad del senador Fernando Yunes Márquez imposibilitando que prosiguiera su camino por elementos de Seguridad Pública. Sí, mucha coincidencia que los vehículos de los Yunes muevan al “sospechosismo” a cada guardián del orden que los vea.

Aunque claro, tampoco son moda… al parecer siempre han existido este tipo de “retenes”. El 21 de septiembre de 1995, Ignacio Morales Lechuga, sin convoy, fue detenido, encañonado, amedrentado por elementos de la policía estatal cuando iba a un homenaje a la escuela Salvador Díaz Mirón, secundaria donde estudió en Poza Rica… Morales Lechuga jura que le cortaron cartucho a él y a su esposa Jacky Broc…

Ojalá que cuando asuma el poder, Yunes Linares apueste a más a casetas de vigilancia y menos retenes.

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