Jorge Flores Martínez / Un buen amigo me preguntó si cuento con algún plan de retiro o protección por fallecimiento o incapacidad, me entregó un cuestionario para la elaboración de un plan por medio de una aseguradora y le respondí que llenaría el cuestionario con gusto y se lo entregaría al otro día.
Ya esa tarde en mi oficina y después de terminar algunos asuntos de trabajo, procedí a estudiar el cuestionario, estaban las preguntas de siempre, una era la cuál era mi capacidad de ahorro, para lo cual se encuentra un cuadro con todos los gastos por rubros y la suma total resulta en mis gastos anuales, en otro cuadro están los ingresos anuales y la capacidad de ahorro es la diferencia entre ingresos menos los gastos. Ingrese cada rubro de los considerados en el cuadro de gastos y realice la suma, después calculé mis ingresos anuales y pude observar que conseguiré ahorrar una vez que de alguna manera garantice mi salud y la de mi familia, mis hijas terminen sus estudios, emprenda una dieta que me permita disminuir gastos de alimentación drásticamente y considerar como recreación y esparcimiento el sentarme en el quicio de la puerta a observar pasar mi tiempo libre, de los otros gastos realmente no encuentro la manera de reducirlos a no ser de prescindir de luz, agua y gas en mi vida diaria.
Permanecí pensativo hasta que recordé que nuestro estado cuenta con un Plan de Protección Financiera que permite que en tan solo unos cuantos años lo inimaginable, fortunas increíbles, comprar propiedades en el país y en el extranjero y gozar de un nivel de vida envidiable y todo con el simple ingreso como funcionario público del gobierno de Veracruz. Esto de alguna manera golpeó mi postración y regrese mi atención al cuestionario justo en la pregunta en la que si yo estaba interesado en algún plan de protección financiera ¡Carajo, Claro que sí! Por supuesto que quiero un plan de protección financiera como la que gozan nuestros políticos. No necesito una fortuna increíble, las propiedades en el extranjero me dan igual, de todos modos si de ir de vacaciones se trata, prefiero hospedarme en un hotel, así que seguramente debe haber algún plan de protección financiera adecuado a mis mucho más mundanas y simples necesidades.
Mis requerimientos son sencillos, trabajar unos cuantos años y retirarme a cualquier parte del mundo, saber que mis hijos, nietos, bisnietos y chosnos nunca tendrán una preocupación económica, comprendo que es posible que un requisito es que sea diputado en alguna ocasión, lo cual estoy seguro no representará problema alguno, evidentemente este plan de retiro me permitirá disfrutar del tiempo necesario para asistir al congreso unas cuantas semanas al año.
Lo que si me parece un punto a negociar es tener que vivir mis años de retiro en The Woodlands en Houston, Texas en vecindad con otros beneficiarios del Plan de Protección Financiera del Gobierno de Veracruz, me parecen malas personas, seguramente peores vecinos y además no me gusta socializar con gentuza.
Así que terminé de llenar el cuestionario y se lo entregué a mi amigo, espero por lo menos en sueños que aplique a la misma compañía que aplicaron nuestros funcionarios fieles-prosperos, ya me veo viviendo sin preocupaciones el resto de mi vida, de diputado o en una de esas hasta alcalde, de otra manera tendré que regresar a la realidad y trabajar hasta que no pueda más, no contraer una costosa enfermedad y esperar que llegado el momento de mi retiro, el sistema de pensiones me pague y no tener que salir a la calle a reclamar unos cuantos pesos cada mes.
Cómo todo en la vida requiere que rescatemos alguna enseñanza, puedo concluir que este ejercicio financiero me aclaró de una forma didáctica que construir un patrimonio de millones de dólares en unos cuantos años solo con la diferencia entre gastos e ingresos, forzosamente requiere que nuestro Plan de Protección Financiera cuente con la aportación del dinero de millones de veracruzanos, todo lo demás es mentira, no pueden hablar de herencias multimillonarias y de empresas exitosas cuando todos en Veracruz sabemos quienes son, que tenían hace unos cuantos años y tristemente también sabemos de su instantánea y grosera riqueza, así que no se los creo y nunca se los creeré, el Plan de Protección Financiero de Veracruz del que disfrutan ahora, se lo robaron a nosotros y a las siguientes tres o cuatro generaciones de veracruzanos. Lo que hicieron es imperdonable y aclaro, no es envidia, es el sentimiento de injusticia e impotencia lo que me da coraje.
No se robaron todo porque todo no les alcanzaba, así que decidieron robarse hasta el futuro de Veracruz.
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