Juan Díaz de la Torre, secretario general del SNTE, lleva dos años y dos meses evadiendo la diligencia y careo con su mentora Elba Esther Gordillo Morales, la mujer que lo hizo crecer en el SNTE. Hace poco informábamos que una juez había anulado la orden para presentarse a declarar por la fuerza; aun así, el secretario general del SNTE debía acudir este jueves sin el uso de un medio coercitivo ante el Juzgado Sexto de Distrito en Procesos Penales y no lo hizo.
Resulta que el ahora mandamás del SNTE salió con la jalada —perdón, pero cuadra muy bien la palabra— de que le dolía el oído. El güero dirigente informó al juez Alejandro Caballero Vértiz que no podía acudir a la audiencia por recomendación médica. El secretario general entregó a Vértiz una receta (como en la escuelita) en la que el doctor Elías Rico lo médica y recomienda «reposo absoluto», un día antes de rendir su testimonio.
No cabe duda que el señor secretario se las sabe de todas para atrasar lo ineludible, finalmente enfrentarse a su mentora. O ¿acaso hay algún temor?
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