Armando Ortiz / Después de seis años de gobierno con Javier Duarte no hay nadie a quien no le quede claro que Fidel Herrera, el mesías de Nopaltepec, escogió a Javier Duarte de Ochoa como sus sucesor no porque éste tuviera las cualidades adecuadas para conducir los destinos del estado, por los siguientes seis años. Nos quedó muy claro que Fidel buscó al más manipulable, al que le podía agradecer de por vida que se hubiera fijado en él para tan importante cargo.
Había otros que podrían haber sido los candidatos, políticos o profesionistas que hubieran hecho de Veracruz un estado listo para transitar hacia la segunda década del siglo XXI. Pero los veracruzanos era lo que menos importaba a Fidel. Él quería perpetuarse en el poder, al tiempo que guardaba la esperanza de que su vástago pudiera ser, después de Duarte, el próximo gobernador.
Javier Duarte no tardó en mostrar el cobre. Su torpeza ha sido legendaria; su apetito resultó pantagruélico; su codicia sigue siendo monstruosa. Pasarán muchas generaciones y todavía se seguirá hablando del peor gobernador que alguna vez dirigiera Veracruz. Nuestros nietos pensarán que estamos exagerando, que un sujeto así de monstruoso no podría ser de este mundo. Sin embargo les mostraremos evidencias de sus declaraciones, las cifras, sus raterías, sus excesos, sus torpezas, sus mentiras, sus traiciones, sus actitudes y entonces tendrán que creernos.
Pues como si no lo hubieran entendido, los panistas quieren jugar a ser Fidel. ¿Por qué lo decimos? Porque siguiendo la misma fórmula que el de Nopaltepec, Pepe Mancha y su grupo de panistas ha tomado la decisión de poner como coordinador de la fracción panista en la próxima legislatura a Sergio Hernández Hernández, un diputado no electo, sino plurinominal, que según versiones de los mismos panistas, es el que le cargaba las maletas al actual presidente estatal del PAN. Ni siquiera tiene terminada su licenciatura, pero eso sería lo de menos si al menos se hubiera fajado en campaña con los candidatos que buscaban el voto. Pero no, Sergio Hernández, sabía que ganara a o perdiera Miguel Ángel Yunes, él ya tenía su curul asegurada gracias a su “jefecito” del alma. A Pepe Mancha es a quien le va a agradecer de por vida esa diputación plurinominal, y por supuesto es a él a quien se habrá de rendir cuando sea el coordinador de la bancada panista. Es el mismo método que utilizó Fidel con Duarte, ellos lo saben bien porque fueron oposición vana en las legislaturas de estos dos saqueadores a quienes les permitieron hacer lo que le viniera en gana al Ejecutivo.
¿Y Yunes Linares?, ese bien gracias. Que se siga fajando duro para sacar adelante el estado de Veracruz, porque ellos ya aseguraron la franquicia en el Congreso. Ahora sí, a negociar con Dios y con el diablo como siempre lo han hecho, porque el pueblo bien sabe que en dos años poca cosa se puede hacer y con esa excusa los legisladores panistas se disculparán con el pueblo y con su gobernador, por no poder encarrilar al estado en las vías del progreso.
Vaya que Miguel Ángel Yunes Linares tiene un imán para atraer traidores, de esos a quienes trata bien y les entrega todo, para que después le den una puñalada trapera, como lo hizo recientemente el llamado “Chule”.
Pepe Mancha por supuesto está contento, ya prometió las perlas de la virgen a sus diputados, ya les prometió control y unidad para que no respingaran por poner a su pelele; pero al imponer a su cargamaletas, sólo muestra que las mañas priistas se aprenden nada más de contemplarlas.