Édgar Hernández* /
¡Un poderoso delegado está por arribar para marcar la línea!
Al CEN del PRI le queda muy claro el recurso del método para rescatar la plaza guardando tiempos y formas: primero la expulsión de sus filas de Javier Duarte –antes del primero de diciembre- para de inmediato con una nueva dirigencia, refundar al partido de cara a las municipales…
Luego, por la grande.
“No será antes ni después”, comenta en corto el senador Pepe Yunes, quien no quita el dedo del renglón en torno a que “seré el candidato, pero primero es lo primero”.
Cinco serán los compromisos por solventar:
La renovación de las presidencias municipales donde habrá de librarse la madre de todas las batallas “ya que quien gane las municipales ganará la gubernatura”; luego la renovación de las diputaciones y el Senado de la República, simultáneas a la presidencial y la gubernatura.
Todo antes de junio del 2018.
Y como la sucesión presidencial de manera necesaria pasa por Veracruz, lo más importante para el PRI nacional es el rescate de la plaza.
Para ello habrá de entrar la barredora dando las gracias “sin prisas, pero sin pausas” a la actual dirigencia que encabeza Amadeo Flores Espinosa, quien en otro sentido y otra responsabilidad habrá de aprovecharse su consejería, no más.
Ello al igual que con otros “distinguidos priistas” que se la han pasado jugando “con Dios y con el Diablo”.
Para el caso del cáncer inseminado al priismo por la Fidelidad, la decisión será la extirpación. No habrá cabida para los exponentes de la Fidelidad y el Duartismo y de manera singular habrá un rotundo rechazo contra aquellos marcados por el signo de la corrupción, sin importar fuero o recomendación.
Ya las mismas autoridades federales están haciendo lo propio para castigar y exigir la devolución de lo sustraído de parte de los actores del saqueo bisexenal hoy apanicados y en franca huida.
De hecho la PGR anda tras ellos.
Ya fueron localizadas seis bóvedas de hierro en Las Animas atascadas de dinero y las indagaciones del llamado “Follow the money” ha lugar a una pista que arrojan las “Empresas Fantasma”, no por 625 millones de pesos y 26 involucrados, como se dijo al principio, sino por 2 mil 30 millones de pesos.
Ha quedado al descubierto una red de complicidades entre el gobierno, sicarios empresariales y notarios involucrados durante las gestiones de Marcelo Montiel Montiel y Alberto Silva Ramos, quien son los verdaderos orquestadores de estas empresas ilegales.
Será por ahí donde se provoque el vómito negro tras fincar responsabilidades penales.
Para con Héctor Yunes habrá de reconocerse y premiarse su trabajo proselitista luego de invitarle a que siga adelante en su periplo encaminado a regresar la credibilidad y confianza en el PRI, extraviados por la docena trágica. A Yunes Landa se le reconoce su experiencia, el esfuerzo y la sombra de Javier Duarte que pesó de tal manera que provocó su derrota.
El caso Duarte.
De acuerdo a ininterrumpidos diálogos sostenidos con el dirigente del PRI nacional Enrique Ochoa Reza, el tema Javier Duarte tras la intervención policiaca e inminente fin de su mandato, consecuencia de la expulsión de sus filas por corrupto, se concluye que ello no habrá de representar un problema mayor.
Fuera de la exigencia judicial que el propio Duarte tendrá que aclarar ante un juez por su desproporcionada e inexplicable fortuna en donde están involucrados 69 personas, según la PGR, entre familia –mamá incluida-, colaboradores y prestanombres, para el nuevo PRI “el tema Duarte no lo será más”.
Se trata de no replicar el “tema Elba Esther Gordillo”, que fue la bandera de arranque de la administración de Enrique Peña Nieto, misma que a los seis meses perdió vigencia ante el apremio de las necesidades sociales insatisfechas, la falta de concreción de las reformas estructurales, las inacabadas demandas magisteriales, temas interminables de corrupción tras el asunto de la “Casa Blanca”, la guerra criminal y los sonados casos como el de Atzotzinapa, Atlatlaya y Tierra Blanca.
Todo ello colocó a Elba Esther en el transito de corrupta presa a víctima del aparato y ante el abuso de poder sobre ella, en la indefensa “presa política”.
Las lecciones, sin embargo, se aprenden.
Con Javier Duarte, al igual que con otros dos gobernadores salientes en capilla, solo justicia a secas. Su encarcelamiento será tema estelar, pero de la nota roja y para satisfacción política temporal de la oposición que encabeza en Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, pero no se irá más allá ante la urgencia de justicia social que reclaman ocho millones de veracruzanos.
Para el PRI ese es el compromiso.
No tendrán credencial de admisión los corruptos, pero sí los mejores veracruzanos, jóvenes y viejos, mujeres y hombres, sin distingo social y siempre hurgando en el cajón de los cinco millones 700 mil votantes que para el 2018 alcanzarán los seis millones de electores.
Por ahí habrá de enfocarse el tema del rescate de la plaza veracruzana para la causa priista que estima en noviembre empezar a construir su circunstancia sin etiquetas.
La obviedad política indica que bajo ninguna circunstancia será Pepe Yunes quien ponga al dirigente priista “por la etiqueta” que además daría lugar a un prematuro golpeteo y cargada; tampoco será el gobernador saliente Javier Duarte, quien opine sobre la próxima dirigencia porque él ya no es nada y menos lo será a partir del 4 de noviembre cuando habrán de córtale las piernas y quitarle el puñal con la asunción de la nueva legislatura.
Será el delegado enviado del CEN del PRI el que marque la línea, la pauta a seguir; la intención presidencial y la del grupo de interés que encabeza José Antonio Meade, quien en el juego sucesorio en este momento va de mano.
Un juego pues, que se antoja interesante y que habrá de concretizarse de cara a una oposición creciente que si no se ataja corre el riesgo de colarse desde Veracruz a la presidencia de México en el 2016.
Miguel Angel Yunes ya demostró que tiene los tamaños y el apoyo del PAN federal, y aunque el PRD no cuenta hace ruido como si fuera un partido fuerte.
Decía don Fernando: “Cuidado y se cuele, porque es como la humedad… ¡después para sacarla!”
En realidad de lo que estamos hablando es del juego de poder.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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