De verdad que uno no comprende cómo varios asesores presidenciales, con tan caros honorarios que cobran, no asesoran bien al presidente, o a menos que éste haga oídos sordos a los consejos de tan refinados especialistas económicos. Sólo a un descerebrado se le pudo ocurrir aumentar la gasolina y la luz eléctrica el mismo día del informe. Sólo a un verdadero terrorista se le ocurriría semejante disparate.
No obstante, estos aumentos están fríamente calculados, como dijera el célebre Chapulín Colorado. En otros países, con estas noticias la gente ya estaría en las calles protestando, por ejemplo en Argentina o Chile. Pero en México eso no pasa, gana la rutina y la indiferencia. Sólo esperemos que cuando quieran protestar, no sea demasiado tarde.