Dos realidades distintas se pueden observar en dos países del continente americano; por una parte, en Bolivia es asesinado al viceministro del Régimen Interior y de Policía quien acudió Panduro, cerca del departamento de La Paz, para entablar un diálogo y poder negociar con mineros la nueva ley de modificaciones cooperativas, que tanto escozor ha levantado en el gremio y por la cual se han presentado bloqueos y enfrentamientos con la policía en esta región minera de Bolivia.
Sin embargo, el viceministro del Régimen Interior, Rodolfo Illanes fue secuestrado y al final asesinado por un presunto grupo de supuestos mineros la noche de ayer jueves. El presidente Evo Morales calificó este asesinato como un acto “cobarde y brutal”, y declaró tres días de luto en el país, para «no sólo expresar nuestro repudio a este hecho criminal sin precedentes sino al mismo tiempo solicitar a la justicia que esclarezca este asesinato y establezca responsabilidades a los institutos jurídicos que rigen en el Estado Plurinacional de Bolivia»
Mientras tanto aquí en México, durante los lamentables acontecimientos en Nochixtlán, Oaxaca, nunca se vio al secretario de Educación Pública acudir al lugar del conflicto y tratar de dialogar para que levantaran los bloqueos carreteros, tan no fue así que mejor envió a un grupo de la Policía Federal, algunos inclusos con armas de fuego, para que se enfrentaran con los maestros.
Vaya realidades en estos tiempos, mientras unos mueren por dialogar, otras mejor mandan a policías para madrear, y a veces matar, a los inconformes por las reformas que no levantan con nada y que no muestran ninguna de las grandes bondades que proclamaba el presidente Peña Nieto.
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