Bel Ami

Fidel Herrera y Javier Duarte FOTO: WEB
- en Opinión

Virginia Durán Campollo / Al igual que en la célebre novela Bel Ami, del escritor francés Guy de Maupassant, en donde el personaje Georges Duroy es un arribista que logra gran fortuna y poder, a través de envilecerse hasta la degradación, así algunos políticos y periodistas veracruzanos transitan. En la vergonzosa genuflexión, servilismo,  envilecimiento de toda clase  se corrompen y pierden su dignidad. Lacayunos, los periodistas, venden sus espacios periodísticos y su pluma, por los 30 denarios.  Se confundió una tarea de servicio público con un negocio. Si bien es cierto que son empresas, una cosa es vender los espacios para los anunciantes y otro entregar el criterio a sus exigencias, de alabanza personal y demérito a sus enemigos.   Están dispuestos a todo incluso a perder sus valores morales, con tal de tener poder. Sus orígenes, en todos sentidos, tratan de borrarlos con riqueza, pero  éste no se suprime de esa manera. Roban,  intrigan, lastiman, ensucian; se prostituyen, olvidan sus familias y algunos hasta de sus madres se avergüenzan.  Muestran un bienestar impensable poder alcanzar, a través de un trabajo honrado y en tan poco tiempo.

**** “Vanidoso, ambicioso, y absolutamente falto de escrúpulos, así se nos presenta Georges Duroy el protagonista de Bel Ami. Dibuja al perfecto arribista, dispuesto alcanzar el éxito a cualquier precio, puesto que está convencido de que  es algo que la sociedad le debe en pago por sus excepcionales prendas.  Retrata a la sociedad intelectual, política y financiera del París de finales del siglo XIX pero sobre todo  a un hombre cuyo meteórico ascenso, logrado a base de suerte tanto como de tretas poco honradas, logra intensar. Comidas exquisitas, mujeres hermosas, ropa elegante, paseos son los objetos del deseo del gris empleado. Detesta ser un subordinado, con un sueldo escaso que no le permite llegar el tren de vida con que sueña.

***  “Su ansia de dinero se va viendo acrecentada paulatinamente por la de poder, de influencia. Admirado y temido. Falto de escrúpulos que se envilece paulatinamente a medida que asciende en la escala social. Su creciente materialismo deja poco espacio en su espíritu para consideraciones de orden moral y viene la degradación. El egoísmo como  filosofía personal, el orgullo mal entendido, y la certeza de que se puede pisotear a quien convenga, son las señas de identidad del arribista. La psicología de quienes están dispuestos a triunfar a cualquier precio”, nos sintetiza “Solo Libros”. En nuestra opinión, es un fiel retrato de Javier Duarte de Ochoa, Fidel Herrera Beltrán, sus séquitos- hombres y mujeres- y sus escribanos esbirros. Damos cuenta, para que nos demos cuenta de sus vilezas que, finalmente, son humanas- todos los hombres tienen luz y sombra advertía Ortega y Gasset- pero en tareas de servicio público hay que distinguir bien, pues son muy costosos al erario público. Confunden y se sienten dueños del país, cuando son los contribuyentes quienes les permiten sus sueldos ominosos y sus negociaciones que les convierten en millonarios. México ya no da para más.

*** Alfredo Castillo, el de la CONADE, no tiene ninguna explicación válida de su tremenda falla en los Juegos Olímpicos  Brasil 2016. Un fracaso rotundo. El  mago que, como procurador,  desapareció el cadáver de una niña y  después lo apareció en su propia cama, no tiene nada que hacer en ese tipo de organismo. Después de todo lo que se sabe, la conclusión es la misma: corrupción, malos manejos y falta de perfil en los servidores públicos son lo que dan los fracasos.  Nuestros deportistas  tratados de manera tan indigna, cuando lo que realizan es un esfuerzo tremendo. Castillo debiera estar en las Vegas, presentando actos de prestidigitación.

*** Televisa cambia el formato, pero su esencia es la misma. Por ello el fracaso y la falta de credibilidad. Continúa siendo siervo del gobierno, aunque pudiera ser que  el presidente sea hoy el empleado. Según la Revista Proceso, fue Televisa quien hizo a EPN. TvAzteca anda en las mismas. Todo acaba.

*** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.

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