Édgar Hernández* / La vorágine de la política aunada a las desgracias económicas y sociales que vivimos, nos han llevado de manera inconsecuente e irresponsable a olvidar que Veracruz es algo más allá que sus insalvables problemas.
Clamamos venganzas y castigos; juicios sumarios y ley del Talión; cárcel a delincuentes de cuello blanco y justicia social, olvidamos, sin embargo, nuestra esencia, nuestras raíces, los valores que nos han dado orgullo y las mejores páginas de nuestra historia.
Hoy el tema es, a no dudar, Edith Berlín.
En la sumatoria del orgullo y homenaje a la mujer veracruzana habrá que asociarla al Veracruz de la cultura, de la música y el canto. Esa tierra que sabe, diría Lara, reír y cantar: sede de un gobierno trashumante, el de don Benito Juárez y heroico bastión de defensa ante los embates del invasor.
Por Veracruz pasó la conquista y seguro Dios en el algún momento decidió que fuera el paraíso terrenal. Bien decía Fernando Benítez –no el secretario de Salud, por favor- bastaba estirar la mano para bajar un plátano.
En Veracruz este jueves se rinde homenaje a la trayectoria y obra de la escultora Edith Berlín, que no es poca, lo cual obliga a reflexionar en torno a las mujeres de valía que nos han dado lustre.
¡Mujeres, oh mujeres tan divinas!, dice el verso musical que nos hace evocar a Salomé Carranza o la Leyenda de la Negra Moya.
Veracruz mismo, no podría ser entendido sin su diluvio de estrellas, palmera y mujer en esa evocación que nos da “Toña” la negra o la indígena Lázara Landriú que Esther Hernández Palacios, otra gran veracruzana, nos evoca en su lucha por la igualdad.
La beata Bárbara de Echegaray, cual madre Teresa de Calcuta, hace un siglo siempre al servicio de los pobres y otras distinguidas y muy selectas esposas de gobernadores que nos han dado historia o damas como Isabel Pesado de Mier, entregada el siglo XIX a obras pías.
Y qué decir de todas esas valientes que son padre y madre a la vez. En Veracruz hay más de cuatro millones de mujeres
Hoy Edith Berlín nos tiene un legado de arte y belleza plasmado a través de la escultura.
Oriunda de Xalapa, Edith fue alumna del maestro Ernesto Jorajuría en dibujo y pintura, así como del artista Mayo Abitia en dibujo anatómico. Fue diplomada en historia del arte en la Academia Mexicana A.C. de la Ciudad de México al igual que en la Universidad de Xalapa.
Estudió escultura en barro y terracota en el centro artesanal del IMSS de San Jerónimo, del viejo DF, con el maestro Saúl moreno. Posteriormente se perfeccionó en la academia de San Carlos. Fue asimismo discípula y colaboradora de algunos escultores para conocer la técnica para la realización de obras monumentales.
En la zona rosa de la Ciudad de México fue colocada una fuente de tamaño natural denominada “Armonía”… ¿Quién no la conoce?
Ha sido además autora de la obra “Justicia” de 3 metros que se encuentra colocada en los Palacios de Justicia de Cancún y de Xalapa. Esta escultura fue seleccionada por el Consejo Técnico de la Facultad de Derecho de la UNAM como premio “IUS” que se otorgó semestralmente durante diez años a destacados maestros por la publicación de libros jurídicos y a editores de libros de derecho.
Edith Berlín, ha realizado además obras varias como la escultura “Alas de Libertad”, de tres metros y medio, ubicada en la ruta de la amistad del Anillo Periférico sur de la ciudad de México.
Así pues, hoy rendimos homenaje a la autora de la escultura “Sabiduría Eterna” que representa al filósofo Sócrates entregando el libro del saber a las nuevas generaciones, así como la creadora de legendarios bustos como el del padre Juan Manuel Martín del Campo, colocado en la institución “Ayúdame Hermano que tengo Cáncer”, el del ingeniero Luis Rendón, José Luis Sánchez Gil y del humanista José Iturriaga.
Edith Berlín nos evoca además a don Fernando Gutiérrez Barrios, en bronce a la entrada del hoy municipio mártir de Alto Lucero, la estatua de don Rafael Murillo Vidal, la del santo Rafael Guizar y Valencia, “La Hermosa Xalapa” de cuatro metros y la más reciente dedicada al inolvidable maestro Guillermo Zúñiga.
Edith Berlín es una hermosa mujer por dentro y por fuera. Es un orgullo para los veracruzanos a quien este jueves le rinden homenaje en la cuatro veces heroica.
Honor a quien honor merece… ¡En vida, Edith, en vida!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo