Si va a criticar a los atletas mexicanos, lea antes esto

Alexa Moreno, Mario Vázquez Raña, Alfredo Castillo y Rodolfo Cazaubón
- en Carrusel, Investigación, Opinión

Armando Ortiz / Cada cuatro años nos acordamos de nuestros atletas; nos acordamos de que tenemos clavadistas, marchistas, halterofilistas, taekwondistas, judokas, arqueros y hasta futbolistas; eso por mencionar las disciplinas que nos han dado las pocas medallas que en toda la historia de los Juegos Olímpicos, México ha ganado. De hecho nuestro país sólo ha ganado, en 31 justas olímpicas, 62 medallas: 13 de oro, 21 de plata y 28 de bronce; vale señalar que un solo atleta norteamericano, Michael Phelps, ha ganado más medallas de oro que todos los atletas mexicanos en su historia, 23.

Si bien en algunos casos se les puede reprochar su bajo desempeño a los mismo atletas, esos que buscaron ir a Río 2016 sólo en plan de turistas, sin importarles que su marca no les permite aspirar ni siquiera a los primeros diez lugares en su deporte, también es cierto que en nuestro país desde hace mucho tiempo el deporte olímpico ha estado lleno de tantos vicios, como si de políticos y no de deportistas se hablara.

Sólo mencionar a Mario Vázquez Raña, enquistado por décadas en el Comité Olímpico Mexicano es encontrar una de las fuertes razones por las que nuestro deporte está así. Vázquez Raña, a pesar de los pobres resultados que tuvo durante su gestión, se mantuvo 28 años en el COM. En los Juegos Olímpicos de 1988, 1992 y 1996, siendo Vázquez Raña presidente del COM, los atletas mexicanos sólo obtuvieron 4 medallas: 3 de bronce, una de plata, ninguna de oro. Ha sido la etapa más pobre en cuanto a medallas en nuestro país, etapa que sólo podría ser superada por estos juegos de Río 2016, si es que los resultados siguen como hasta el momento.

Vázquez Raña seguía enquistado en el COM a pesar de su pobre desempeño, a pesar de que llegaban presidentes priistas y se iban, porque tenía un alto cargo en el Comité Olímpico Internacional. 33 años fue presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales y 40 años, hasta su muerte, presidente de la Organización Deportiva Panamericana. Este sujeto dejó completamente viciadas las federaciones deportivas; si él se pudo enquistar en el COM, ¿por qué no se iban a enquistar los dirigentes deportivos en su disciplina? Se sabe de la mucha corrupción que existe en la entrega de becas, en la selección de atletas para competencias internacionales, en los turbios manejos de recursos que deberían estar destinados para el fomento del deporte; incluso se han escuchado casos de acoso sexual de entrenadores y dirigentes a deportistas, casos que quedan en el olvido porque la impunidad impera en estas federaciones.

Poco se sabe del trabajo que se realiza para la formación de atletas desde la infancia. No hay búsqueda, no hay fomento, no hay estímulo. Los atletas que llegan a un lugar relevante en el deporte mexicano, llegan con el apoyo de la familia, de algún entrenador a quien la Comisión Nacional del Deporte ni siquiera da las gracias, o en muchos casos llegan gracias al esfuerzo y tesón de los mismos atletas.

Para colmo, en la Comisión Nacional del Deporte el “inteligente” Peña Nieto pone a un sujeto que no tiene nada que ver con el deporte, Alfredo Castillo, un funcionario oscuro y frívolo que sólo sabe dividir. A eso fue a Michoacán, a dividir a los autodefensas, a comprar la consciencia de los aliados del doctor Mireles, para que lo dejaran solo. Ahí está el “Papá Pitufo” en sus conversaciones con él, quien vendió a Mireles, quien se abrió cuando lo metieron a la cárcel, quien llamó comandante en jefe al mismo Alfredo Castillo.

Alfredo Castillo ya se peleó con Carlos Padilla, el actual presidente del Comité Olímpico Mexicano, ya se peleó con varias federaciones, ya se peleó con los medios y hasta con los usuarios de Facebook que lo descubrieron tomándose selfies con su novia, a la que sin ninguna justificación deportiva vistió de delegada mexicana y se la llevó de “luna de miel”.

El mismo Alfredo Castillo explicó cuál es la función de la CONADE en los Juegos Olímpicos de Río, ser una simple agencia de viajes; la que consigue los pasajes y los viáticos para los deportistas. Pero ni para eso ha servido. Pues se conoce en las redes sociales el caso del golfista Rodolfo Cazaubón a quien no le han dado ni viáticos de alimentación y tampoco le han entregado sus palos de golf; es decir, ni para esas chingaderas domésticas sirve este cabrón.

De modo que antes de ponerse a criticar el bajo desempeño de los atletas en los Juegos Olímpicos de Río 2016 piense en todos estos factores que tienen al deporte mexicano en una crisis que viene arrastrando desde hace muchos años.

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