Maryjose Gamboa / El año pasado el país entero se conmocionaba ante las imágenes reales, plasmadas en el documental “Tierra de cárteles”… “Si a ustedes les pasara lo que nos pasó a nosotros, estuvieran con nosotros, por piedad pónganse en nuestros zapatos”…le gritaba una mujer llena de rabia y llena de razones para sentirla, a un grupo de militares que detenían a los miembros de las autodefensas encabezadas por José Mireles, el luchador social encarcelado por defender a quienes vivían bajo el yugo de los que imponen sus propias leyes a la mala y de los que las manipulan a su antojo, delincuentes y autoridades.
Hoy, ante la ingobernabilidad que se vive en Veracruz, estos grupos sociales satanizados por los mismos gobiernos incapaces de garantizar seguridad a los ciudadanos, resurgen por todo el estado, aunque su presencia sea más notoria en algunas zonas en particular… El Diputado local del PAN Alejandro Zairick, confirmaba hace un par de días que en la zona centro de la entidad han surgido grupos de guardias civiles, y que más allá de la discusión sobre la legalidad de los mismos, entre los habitantes de las comunidades más golpeadas por la delincuencia estos son bien recibidos.
Y no es para menos, no sólo hablamos de la INCAPACIDAD de las autoridades estatales para brindarle seguridad a las y los veracruzanos, también de la COMPLICIDAD que mantienen con los grupos delincuenciales a quienes les brindan todas las facilidades que requieren para poder operar a sus anchas.
Cientos de campesinos adquiriendo armas y buscando un permiso para portarlas con la esperanza de defender a sus familias y su patrimonio, es la consecuencia más dramática de un mal gobierno. De un gobierno estatal corrupto y miserable que castiga inocentes y protege delincuentes, y que todavía se atreve a cuestionar la legalidad de quienes cansados de ser ignorados decidieron hacer el trabajo que ellos ni pueden, ni quieren hacer.
Cuando el 2013 el fotoperiodista Félix Márquez publicó una imagen que corroboraba la existencia de grupos de autodefensa en la localidad de Piedras Negras, municipio de Tlalixcoyan, el Gobierno de Javier Duarte lo amenazó con encarcelarlo por difundir “fotos truqueadas”, pero al poco tiempo cunado el Consejo Ciudadano de Seguridad de esta localidad confirmó que debido a la ola de asaltos, secuestros y extorsiones de los que eran víctimas, había tenido que organizarse como autodefensa, optaron al igual que hicieron con otros grupos que iban surgiendo como el de Soledad Atzompa, por “dialogar” con ellos para que entregaran sus armas a cambio de la promesa de reforzar la seguridad en estas zonas… Un día después del “feliz acuerdo” varios ganaderos denunciaban que con ayuda de la policía, un grupo de delincuentes les habían robado casi todo su ganado.
El pasado 15 de mayo, la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos, reconocía la existencia de grupos civiles organizados en autodefensas, combatiendo en distintas zonas del estado a la delincuencia organizada. Y aunque no se detallaba en qué lugares se confirmaba su existencia, ya era del dominio público que en la sierra de Zongolica y de Soteapan tomaban fuerza.
Pensar en un campesino cambiando sus herramientas de trabajo por una escopeta para defender a los suyos cimbra a cualquiera, pero el ciudadano armado no es el problema sino una consecuencia de no tener la capacidad de resolverlo… Un pueblo harto de un gobierno corrupto que deja a los ciudadanos en la más escalofriante indefensión se va a rebelar tarde o temprano y en distintas formas… Autodefensas expandiéndose en todas las regiones del estado, Organizaciones Civiles tomando carreteras, ciudadanos de a pie manifestándose en las calles, o cibernautas en pie de lucha desde las redes sociales.
Este es el panorama actual en Veracruz, y mientras la federación no se decida a resolverlo encarcelando a los principales delincuentes del estado, los que “gobiernan”, la barbarie será peor en los meses que faltan para que acabe el infernal sexenio.
Mujeres trabajando, favor de no estorbar
Mientras un grupo de mujeres encabezadas por la Maestra Noemí Palomino luchan todos los días por rescatar el tradicional barrio de La Huaca a través del folklore y el sabor veracruzano, el gerente de la ciudad Ramón Poo se dedica a tratar de obstaculizar su labor porque no le rinden los honores que él cree merecer… Al mini clon de Duarte se le olvida que quienes se encargan de organizar y promover actividades en pro de los habitantes del barrio son ELLAS y nadie más que ellas, por lo tanto lo menos que puede hacer, además de darles gracias, es no estorbar.
El Director de Turismo de Veracruz Juan Bosco, condicionó el “apoyo” del Ayuntamiento a que no se invitara a nadie de otros partidos políticos. Sin la menor educación arremetió con insultos en contra de Noemí Palomino por no someterse a los caprichos de su jefe: “O van los del partido electo o va el Alcalde Ramón Poo” le dijo el prepotente funcionario, pero se topó con pared. Las mujeres de La Huaca tienen el respaldo de muchos sectores más de la sociedad, por lo que las actividades programadas se han ido desarrollando tal cual estaban previstas.
El primer Festival de la Gorda y la Picada inicio el día de ayer y culmina el próximo domingo. Durante estos días, en el callejón Toña La Negra habrá venta de antojitos a muy bajo costo (3 pesos) además de fandango, grupos locales, y hasta una conferencia impartida por una nutrióloga sobre los platillos típicos veracruzanos.
Desde este espacio nuestro reconocimiento a la Maestra Palomino y a todas las mujeres que no solo son promotoras constantes de nuestras tradiciones, también generadoras de empleos en una de las tantas zonas olvidadas por las autoridades… Incluso ellas mismas se organizan para garantizar la seguridad de los visitantes. Enhorabuena, mujeres trabajando por rescatar el barrio más emblemático del puerto y demostrando que las buenas noticias no se inventan, se generan con esfuerzo y compromiso. Sirva su ejemplo a muchas más para organizarse a pesar de la oposición de un Alcalde mediocre y pedante que en lugar de reconocerlas y apoyarlas, las intenta bloquear.
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