Margarita Zavala no ha declarado todavía su declaración 3de3, ni se sabe para cuándo lo hará. Sin embargo, el problema no es ese, sino que en todos los lugares donde se presenta, acompañada de una gran comitiva de guaruras, choferes, y asistentes (la vimos cuando visitó Xalapa) a los que debe de pagar un sueldo, nunca habla del mayor mal que la aqueja y que aquejó a millones de mexicanos durante todo un sexenio: su marido Felipe Calderón.
Y es que si en todo caso la Zavala llegara ser presidenta de México, su marido volvería a ocupar Los Pinos, el cual en su tiempo convirtió en una cantina.