Maryjose Gamboa / La buena noticia es que el Tribunal Electoral Veracruzano validó la elección para Gobernador en los 30 distritos de la entidad, con lo que se corrobora el triunfo del candidato del PAN-PRD Miguel Ángel Yunes Linares. La mala, que mientras millones de veracruzanos caminan con ánimo festivo hacia a la alternancia, las bestias del poder asechan tratando de evitarlo. La peor, que aun con la voz de un pueblo entero expresada en las urnas tengamos que persistir en la lucha contra un régimen corrupto y miserable dispuesto a todo con tal de no extinguirse.
Este no es un pleito entre un adversario político y una pandilla de delincuentes disfrazados de gobierno, sino la lucha de un hombre que lleva la responsabilidad acuestas de cumplirle a ocho millones de veracruzanos la promesa de JUSTICIA… Miguel Ángel Yunes Linares tendrá que hacer lo que considere conveniente para reestablecer el estado de derecho en Veracruz, para honrar la palabra empeñada en campaña, y ocho millones de veracruzanos tendremos que respaldarlo porque ha tenido el valor de encender una vela, cuando la mayoría se limitaba sólo a lamentar la oscuridad. El triunfo es inobjetable y la alternancia inminente, y justamente por eso debemos mantener la firmeza y el valor hasta que la bestia herida no pueda causar más daño.
Los muertos del estado…
Cuando Jacobo García, reportero del diario el Mundo de España, describió “el pueblo de fosas” en el que se había convertido Veracruz, el gobierno estatal se indignó. Cuando el activista y sacerdote Alejandro Solalinde denunció que la entidad era “un yacimiento de muertos”, el gobierno estatal enfureció. Cuando los miembros de los Colectivos de búsqueda de personas desaparecidas exhibieron “los restos de los suyos”, aquellos cuyos cuerpos han sido arrojados o enterrados en cualquier pedazo de tierra, el gobierno estatal enloqueció… Pero hoy ni su “indignación”, ni su furia, ni su locura sirven de nada porque ya nada pueden hacer para ocultar una de las realidades más atroces del gobierno de Fidel Herrera y de Javier Duarte… Los muertos del estado.
El reportero de blog.expediente.mx Ignacio Carvajal, publicaba el día de ayer que la red de madres que conforman el Solecito Veracruzano confirmaron la existencia de 14 fosas clandestinas con restos humanos en la zona norte del puerto de Veracruz: “Entre lunes y martes, son siete los puntos con restos de personas que ya fueron entregados a la Policía Federal, el día de hoy, miércoles, se suman otros siete puntos”.
A la par que esta información se daba a conocer, también se confirmaba la existencia de más fosas clandestinas en Coatzacoalcos y en Ixtaczoquitlán. Ninguno de estos hallazgos fue localizado por la Fiscalía General del Estado, todos han sido descubiertos por las madres y padres de familia agrupados en colectivos que en un par de años han hecho lo que el Fiscal de Duarte no quiere o no puede hacer, encontrar vivas o muertas a las miles de víctimas de desaparición en la entidad.
El pasado mes de abril, cuando miembros de la Primera Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas encontraron en tan sólo cinco días 19 fosas clandestinas, 11 en Amatlán y 8 más cerca de Xalapa, todas con restos humanos, con prendas de vestir y con distintos objetos manchados de sangre, el Gobierno estatal insistió en la teoría de siempre, esa que ofende el intelecto de cualquiera, la de los “casos aislados”, pero hoy ante la confirmación diaria de cientos de estas en cada kilómetro del extenso territorio veracruzano ¿Qué van a decir?
A mediados del 2013, la Secretaría de la Defensa Nacional confirmó el hallazgo de 198 fosas clandestinas y 466 cadáveres durante los años 2011 y 2012. Veracruz en ese momento ocupaba el segundo lugar en hallazgos al detectarse en San Julián 14 fosas que alojaban 65 cuerpos más. Poco después de estas fosas se encontraron más en la zona norte, en Coatzacoalcos, en Cosamaloapan, y en la colonia Las bajadas del Puerto de Veracruz.
De tal suerte que durante el sexenio de Javier Duarte se han tenido que reconocer de manera oficial más de 250 fosas clandestinas, 250 fosas clandestinas que el gobierno estatal resumía en sus reportes como “unas cuantas”, a pesar que la Procuraduría General de la República confirmaba a un ciudadano que solicitó información al respecto que existían MUCHAS MÁS.
Ante el macabro escenario, el Fiscal General de Duarte, Luis Ángel Bravo, se limita a responder que antes de su llegada a la dependencia “había desorden en la base de datos sobre restos localizados”, pero lo que no dice ni dirá es el MOTIVO de este desorden, lo que no dice ni dirá es el ORIGEN de dichas fosas, lo que no dice ni dirá son los nombres de los VICTIMARIOS de estas personas, lo que no dice ni dirá es la CIFRA REAL DE MUERTOS DEL ESTADO.
Porque decirlo sería reconocer los delitos en los que incurrieron sus antecesores y su patrón al maquillar el número de desaparecidos, porque decirlo sería reconocer que muchas víctimas de desaparición o de secuestro terminaron en estas fosas porque el GOBIERNO ESTATAL nunca los buscó, ni siquiera los reconoció como víctimas para tratar de ocultar el incremento en estos delitos, porque decirlo sería aceptar que desde hace mucho son los grupos criminales quienes controlan el estado, porque decirlo sería confesar que los que “gobiernan” han sido mil veces más criminales que los mismos delincuentes.
Olvida el Fiscal de Duarte y el propio Duarte que a diferencia de hace un par de años, hoy además de miles de madres y padres de familia clamando justicia, hay una ley aprobada en abril en la que se obliga a un estado a protocolos efectivos de búsqueda de desaparecidos y al reconocimiento de cuerpos encontrados en fosas clandestinas, por lo que vivos o muertos no podrán negarlos ni evadir las responsabilidades legales que surjan de su omisión… También olvidan que aunque Veracruz gracias a ellos, a los que tenían y tienen aún, la obligación legal y moral de brindar seguridad a los gobernados se haya convertido en una tierra de muertos, el cielo de impunes cerró sus puertas el pasado 5 de junio, por lo que tarde o temprano tendrán que responder por cada vida que terminó en cada una de estas fosas.