La falta de sensibilidad y empatía de los gobernantes se refleja en ocasiones en decisiones erráticas. Marco A. Estrada Montiel se quiere comer un pollito con los vendedores ambulantes con puestos fijos y semifijos. Resulta que a Estrada Montiel no le importa si comen o no los ambulantes, pero él quiere quitar a los vendedores, algunos tienen más de 20 años en sus lugares.
Ante la amenaza de ser retirados, éstos piensan ampararse y pedir la protección federal contemplada en la ley de amparo, ya que consideran arbitrario e injusto este desalojo con la fuerza pública. Por otra parte, todas las agrupaciones y asociaciones de vendedores ambulantes con puestos fijos y semifijos, quienes son alrededor de 300 personas más o menos, están analizando una manifestación pacífica frente al Palacio Municipal, ya que no están de acuerdo en ser desalojados sin buscarles un lugar adecuado para reubicarlos.
Que este edil recuerde que en esta vida todo se paga, y que, para el 2018, su partido abdará pidiendo el voto. A ver quién se lo da.
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