Arturo Reyes Isidoro / Elogio de la duda es el título del libro. En él su autora, la filósofa y catedrática universitaria española Victoria Camps (es un referente imprescindible universal en el tema de la ética) defiende la actitud dubitativa, esto es, que implica o denota duda, no como parálisis de la acción –dice–, “que también puede llegar a serlo, sino como ejercicio de reflexión, de ponderar los pros y los contras cuando las vísceras están a flor de piel”; de anteponer la duda a la reacción visceral.
En la introducción, comenta que vivimos en tiempos de antagonismos y confrontaciones sobre todo en el ámbito político, y que cordura, sensatez, moderación, reflexión, son conceptos que se esgrimen de vez en cuando y apelan a una forma de vivir juntos más tranquila que la de estarse peleando por cualquier cosa, pero, afirma, ser moderado carece de atractivo y no sirve para redactar titulares.
Señala algo que estamos viviendo a diario en Veracruz: “Al periodismo le gusta atizar la confrontación porque una información que no produce enfrentamiento no llama la atención”.
Propone: “En un clima como este, la duda ante lo que desconcierta y extraña, en lugar del exabrupto inmediato, sería una forma de reaccionar más saludable para todos. Tomarse un tiempo, pensarlo dos veces, dejar pasar unos días, antes de dar respuestas airadas”. Recomienda diálogo, buenas maneras, escuchar al otro, paciencia y razonamiento.
Durante la pasada campaña electoral, en forma sorpresiva porque iba contra la imagen que le conocíamos por su caracter, el entonces candidato a gobernador Miguel Ángel Yunes Linares decidió no subirse al ring ante la campaña sucia, negra, de lodo que le enderezaron desde el Gobierno del Estado para hacerlo perder. ¿Adoptó la duda ante el exabrupto inmediato? Quién sabe pero su estrategia fue tan eficaz que le llevó a ganar la gubernatura.
También sorpresivamente, luego de que el OPLE reconoció su triunfo, le entregó su constancia de mayoría y lo declaró Gobernador electo, endureció su discurso en contra del gobierno actual y lo que no había hecho en la campaña lo actualizó: confrontarse abiertamente con el gobernador Javier Duarte y otros actores políticos, lo que ha propiciado que ahora en la prensa nacional no sólo cuestionen a Duarte sino a él también, con el consabido desgaste de imagen que ello implica.
El pasado domingo hizo algo correcto: al rechazar las acusaciones del gobernador sobre presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, en conferencia de prensa detalló la situación legal de cada una de las propiedades señaladas en la denuncia interpuesta ante la Procuraduría General de la República (PGR), información que pormenorizadamente publicó ayer el portal alcalorpolitico.com. http://www.alcalorpolitico.com/informacion/con-relacion-de-bienes-patrimoniales-revira-miyuli-denuncia-por-enriquecimiento-ilicito-209889.html#.V6puImVztEI
Ayer, ante otra acusación en su contra por parte de la Sección 32 del SNTE, pareció también adoptar la duda ante el exabrupto inmediato: dijo que le responderá al asesor general de la Sección, Juan Nicolás Callejas Arroyo, en realidad el hombre fuerte del sindicato, pero a partir del próximo 1 de diciembre cuando asuma el gobierno formalmente, si es que desde el Gobierno Federal no le complican su triunfo electoral, pues hay un recurso legal del PRI que cuestiona la validez del resultado.
En un boletín de prensa que envió sobre su comparecencia en la Fiscalía General del Estado anunció ya: “No perderé mi tiempo en debatir en los medios acusaciones sin sustento. Si me llama alguna autoridad competente acudiré de inmediato”. O sea, se entendería que se bajaría del ring y dejaría solos a Duarte y los suyos.
Y dijo algo razonable: “Hoy Veracruz se encuentra en situación de emergencia y requiere que enfoque todo mi trabajo a planear la solución para los graves problemas que enfrentamos los veracruzanos, de tal manera que a partir del 1 de diciembre, iniciemos una etapa de rescate y reconstrucción de nuestro Estado”. Esto es lo que queremos todos los veracruzanos. La duda que propone la doctora Victoria Camps ante el exabrupto inmediato.
Presume Duarte respaldo de Peña Nieto
Más le vale al gobernador Javier Duarte que el jueves apenas baje de la escalerilla del avión lo primero que haga el presidente Enrique Peña Nieto sea correr a darle un fuerte y caluroso abrazo, porque si no, júrelo, se lo van a acabar en los medios y ya ni se diga en las redes sociales.
Y es que ayer en entrevista de radio matutina con Ciro Gómez Leyva presumió que se siente respaldado por el Presidente con quien, aseguró, tiene comunicación, al tiempo que le agradeció su respaldo.
La declaración la hizo a 48 horas de que el mexiquense pise suelo veracruzano cuando venga a presidir actos tanto en el puerto de Veracruz como en Antón Lizardo, municipio de Alvarado. De alguna forma, será la visita del morbo porque todos estarán atentos para ver el trato que le dispensa.
Es que hoy por hoy, son actores políticos en situaciones muy opuestas, pues mientras que Peña Nieto ha iniciado una abierta campaña contra la corrupción gubernamental, Duarte está bajo serios señalamientos y acusaciones por presuntos actos de corrupción, así como una buena cantidad de miembros y excolaboradores de su gobierno, a quienes incluso ya ha llamado a declarar la PGR. Es más, el propio Peña enderezó en su contra una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para echar abajo el blindaje de impunidad que pretendía que le aprobara el Congreso local y cuya sentencia final está pendiente.
Ayer, la mismísima nueva embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, en reunión con senadores hizo un enérgico llamado a poner un alto a la corrupción en México. “Los mexicanos tienen opiniones divididas sobre muchos temas: las Águilas o las Chivas, las tortillas de maíz o las de harina, el Santo o el Blue Demon, Luis Miguel o Alejandro Fernández, senadores o diputados, pero hay un tema en el que todos están de acuerdo: ¡ya basta de corrupción!“. ¡Moles!
Sus palabras han de haber calado hondo en Los Pinos tanto que de inmediato se apresuraron a desmentir una información de The Guardian de que la esposa de Peña, Angélica Rivera, usa una lujosa propiedad en Florida comprada por una empresa que compite por contratos con el Gobierno de México.
El respaldo del Presidente a Duarte ha de verse en los hechos mañana jueves. ¿Lo apapachará? Si lo hace, miel sobre hojuelas para Duarte y quizá hasta proclame que Yunes Linares se quedará con las ganas de verlo tras las rejas. Duarte demostró con Ciro ayer una vez más que no pierde la oportunidad de quedarse callado. ¿Había necesidad de presumir al aire, públicamente, el respaldo que dice que tiene del Presidente? ¿Y si Peña lo desmiente? Pero qué necesidad.
Por lo demás, indirectamente el flaco gobernador le dio un raspón a Héctor Yunes Landa pues dijo que el PRI perdió la elección por su mala estrategia al ponerlo en el centro de la crítica.
Y, claro, no perdió la oportunidad para declararse inocente de todos los señalamientos y acusaciones que le hacen, dijo que ni él ni su esposa tienen propiedades en el extranjero, que no tiene prestanombres ni problemas con su visa, que todo lo que dice Miguel Ángel Yunes Linares carece de sustento y aval, pero denuncias serias por las que debiera estar preocupado, ni una sola, que ha bajado 34 kilos pero que no por alguna preocupación sino a propósito y que todavía perderá once más, que ya tiene ofrecimientos de trabajo y que con base en ello decidirá donde irá a vivir y, para variar, concluyó contradiciéndose: ahora sí aceptó que sabía de las propiedades de Arturo Bermúdez Zurita lo que había negado en una declaración a la prensa en la Fiscalía General del Estado y expresó que es un hombre al que le tiene confianza pero que no metería las manos al fuego por nadie (¡¿por fin?!).
Luego de estar en el Grupo Radio Fórmula, Duarte fue a dar una entrevista a El Universal. Es posible que como estrategia la publiquen hoy en vísperas o mañana coincidente con la visita de Peña Nieto a Veracruz. ¿Qué más puede decir luego de todo lo que ya ha dicho?
Comentarios