Pues resulta que ahora no le salen las cuentas y por eso solicitó un préstamo al Congreso del Estado por 23 millones de pesos para cubrir adeudos a sus trabajadores municipales. Sin embargo, la Comisión de Hacienda, Cuenta Pública y Presupuesto del Congreso de Nayarit rechazó por unanimidad realizar el préstamo millonario al ayuntamiento de San Blas, ya que el gasto corriente, como los pasivos laborales, no son considerados como inversión pública productiva.
Así que sería bueno que los alcaldes veracruzanos tomaran nota por las que está pasando el famoso Layín.