Luis Ortiz Ramírez / Recuerdo una anécdota, de hace más de diez años. En una reunión en el World Trade Center, en Boca del Rio Veracruz, dos bragadas maestras de la CNTE, sacaron una lona en contra de la maestra Elba Esther Gordillo Morales, donde se referían a ella como una asesina, inmediatamente dos maestros del Equipo Político del SNTE 32, trataron de quitarles la lona por la fuerza.
Cuando la maestra Gordillo, que ya estaba discursando, se dio cuenta de la situación, sacó su retorcido colmillo a relucir, interrumpió su discurso y con voz fuerte gritó; “déjenlas que se expresen, en el SNTE somos tolerantes a la crítica, en el SNTE hay libertad de expresión”. Los aplausos no se hicieron esperar. Ahí supe que esta líder era un hueso muy duro de roer.
Los que tuvimos la oportunidad de conocer en persona a la maestra Gordillo, pudimos comprobar que tenía todo bien controlado. Los que la rodeaban en su burbuja de poder sabían que una mirada firme, un levantamiento de cejas o cuando se tocaba el cabello, significaba que había que aplicar el plan señalado.
Los gobernadores hacían antesala para ser atendidos, diputados y senadores, se peleaban el saludo de la líder magisterial, en su momento considerada como la mujer más poderosa del continente.
Con su sola presencia desbarataba cualquier intento de rebelión, su poder era omnímodo, se dejaba guiar por la máxima de Maquiavelo; “en política es mejor ser temido que amado”. Es cierto que se quedaba con la tajada más grande del pastel de la corrupción, no obstante, salpicaba a sus seccionales. Les dejaba carta libre en su propios Estados.
Pero no todos estaban contentos con la “Maestra”, la sección 22 de Oaxaca, le hacía frente, denunciando sus corruptelas. La CNTE desde sus orígenes se opuso al “charrismo sindical”.
Desde que llegó la Maestra a ocupar la silla de Jongitud Barrios, la CNTE sabía que la chiapaneca venía representando los intereses de su hacedor, Carlos Salinas, y de su poderoso padrino Manuel Camacho Solís.
Estos oscuros personajes necesitaban a una persona que les garantizara el control corporativo de todo lo que simbolizaba el SNTE.
Dice el dicho que “dinero llama dinero y poder llama a poder”. Los puestos públicos se hicieron presentes. La maestra paso de diputada a senadora y también a jefa delegacional. Pronto iniciaría su monopolio de poder.
Como un camaleón mimético, la maestra Gordillo se adapta al cambio de gobierno, se le presentan algunos problemas políticos con Zedillo, pero astutamente logra limar las asperezas y sobrevive a su sexenio, controlando férreamente al sindicato que comienza a sentir la influencia de esta querida y odiada líder.
Sin embargo, la suerte y fortuna le guiñaban el ojo a la maestra Gordillo. Decide acertadamente, y de acuerdo a sus intereses, apoyar electoralmente a Vicente Fox. Su aceitada maquinaria electoral, compuesta por más de 100 mil maestros distribuidos en todo el país, le permite vender una efectiva estructura electoral al mejor postor. Esta actitud temeraria, pero rastrera ante el poder, la lleva a controlar sus intereses políticos y de manera ostentosa acrecienta sus beneficios económicos.
A la maestra la rechaza el PRI, de hecho le cuesta la expulsión del partido que la vio nacer. Sin embargo, Fox no se da por mal servido. En pago por sus servicios le otorgan desde el gobierno todas las facilidades para que instituya su partido político, el PANAL. Un partido híbrido compuesto por familiares e integrantes del SNTE que le permiten recibir dinero fresco de las prebendas por ley electoral.
Inmediatamente la maestra se fija en el talón de Aquiles de Fox, Martha Sahagún, la líder magisterial comienza a tener más acercamiento con la primera dama. La maestra no tiene ningún empacho en promover junto a la “primera dama”, un manual de educación sexual. Desde luego que estos folletos distribuidos a nivel nacional en las miles de escuelas, tiene un fuerte costo económico, pero no hay problema, el gasto es absorbido por la presidencia.
Al pasar el tiempo de Fox, la maestra Gordillo queda en manos de Felipe Calderón, un hombre hambriento de poder. La maestra mueve sus piezas en apoyo al panista. Su incondicionalidad a Felipe Calderón en el sexenio siguiente le rinde buenos frutos, este sometimiento al poder le permite tener el control sobre el ISSSTE, la Lotería Nacional y la subsecretaría de Educación Básica, que entrega sin pudor alguno al esposo de su hija.
Este era el mundo de Elba Esther Gordillo Morales, un mundo donde todo se podía: gubernaturas, diputaciones, senadurías, delegaciones federales, la morralla como lo eran las presidencias municipales, sindicaturas, regidurías, diputaciones locales, se las dejaba a sus juglares de sus respectivos estados. De esa manera los tenía contentos y sometidos.
Este férreo control burocrático de instituciones públicas y las grandes ganancias que obtenía de la corrupción dominante en el SNTE, la llevaron a convertirse en una de las mujeres más ricas y poderosas, no sólo del país sino del mundo.
Su ropa de diseñadores europeos, bolsos y zapatillas costaban una verdadera fortuna. Su excentricidad no tenía límite al igual que su cartera, se podía dar el lujo de regalar más 50 Hummer todo terreno en un santiamén.
Viajes a lugares exóticos y bonos sólo eran para sus cercanos, los más supeditados e inclinados al besamanos. Todos estos gastos iban siempre con el visto bueno de su fiel alumno, Juan Díaz dela Torre.
Contaba con su propio Jet Lear de doce plazas para moverse a su gusto. Tenía casas, departamentos y propiedades en varias entidades de la República, en Estados Unidos y Europa.
Sin embargo, las sombras de la tempestad poco a poco hicieron su aparición; su política trepadora y saltimbanqui y su mimetización camaleónica a los cambios de regímenes la llevaron al final del sexenio con el hijo selecto del Grupo Atlacomulco.
En apariencia el chamaco presidencial se veía frágil e inexperto en comparación con el colmillo y sapiencia política de la maestra, pero había un pequeño detalle, lo más duro y recalcitrante de la política mexicana lo arropaba.
El capo mayor, Carlos Salinas, su hacedor en el PRI y el que la había colocado en la silla del SNTE, se erigía como tótem protector de un muchacho que siempre había crecido bajo la capa protectora del PRI. Esa era la señal para que la maestra le hubiera bajado el tono a su discurso.
Luego de terminar la luna de miel con el PAN, la maestra se dispuso a subirse de nueva cuenta a la cargada del PRI, cuyo candidato presidencial le debía el apoyo del PANAL, para su amigo Eruviel Ávila en el Estado de México.
Cuando comenzaron las negociaciones entre el PANAL y el PRI, al principio llegaron a un acuerdo, pero después recularon. Los capos del dinero de Atlacomulco determinaron, no darle nada a la maestra. De ahí salieron las acusaciones contra la maestra por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Hoy, la maestra se encuentra presa en un penal de alta seguridad, abandonada por su peonada de seccionales. El brillo se su poder se ha extinguido. Es cierto que la maestra se vendía caro y que sus honorarios eran pagados con creces por los miles de maestros del país; sin embargo, existía la sensación de que había alguien que sí defendía al magisterio. Hoy hay un gran vacío de poder y el papel que le correspondía como defensor magisterial al SNTE, la CNTE, se lo arrebató.
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