Armando Ortiz / A los pocos días que se anunciara que Miguel Ángel Yunes Linares ganó las elecciones para gobernador en Veracruz, los primeros que sufrieron un colapso fueron los medios de comunicación que participaron en la guerra sucia en contra de él. Uno de esos medios debía salir la semana siguiente, teniendo ya dispuesta la portada, anunciando el triunfo de Héctor Yunes, candidato del PRI. Sin embargo esa semana no salió. Sólo en su portal web seguía puyando, señalando que nada estaba decidido, porque la elección se habría de impugnar. Pero no pasó nada con las impugnaciones. Se le entregó su constancia de mayoría al gobernador electo y a partir de ahí la debandada.
El Centinela de Luis Rodríguez Zavala, Radiover de Toño Nemi, Quadratín Veracruz de Gina Domínguez, Marcha de Saúl Contreras, ElGolfo.info de Othón González, El Número uno de Cecilio García; próximamente AZ de Oscar Rodríguez, quien a la fecha redujo su circulación, y otros de menos importancia dejaron de circular, algunos para aparecer como portales web.
Otros siguen apareciendo, a la expectativa del primer “zarpazo”, dicen ellos, de Miguel Ángel Yunes Linares. Sin embargo, el gobernador electo no ha mostrado ninguna animadversión en contra de los medios. Aquellos que se sienten amenazados, se sienten así porque conocen su pecado.
Los medios de comunicación impresos o digitales que se han retirado lo han hecho por diversas razones. Primero porque siempre se acostumbraron a vivir del convenio con Comunicación Social. No conocían otra fuente de ingresos. Se dieron la gran vida mientras recibían esos dineros que por supuesto sufrían una buena mochada por parte de la entonces vocera de Javier Duarte. Nunca les importó la circulación, nunca les importó el contenido de sus notas, nunca les molestó su abyección. Lo único que querían era que se llegara el fin de mes para cobrar su jugoso convenio “mochado”, y con ello darse vida de sultanes.
Otros medios desaparecieron para borrar las huellas de su infamia. Para que el gobernador electo no se diera cuenta de las muchas barbaridades que publicaron en su contra, de las aberraciones que le atribuían.
Otros medios decidieron cerrar porque saben que sus cuentas no son claras, que sus finanzas nunca fueron limpias, que sus sociedades incluían socios oscuros. Y antes de que los descubran huyen, como si no hubieran dejado rastros de su “suciedad”, perdón, sociedad.
Los medios que sobreviven son aquellos que se mantuvieron al margen de esa guerra sucia, sabedores que una elección es una moneda al aíre. Pero también hay medios de comunicación que aunque participaron en esa guerra sucia, a manera de “bufones”, todavía mantienen ciertos convenios con municipios y eso los mantiene en circulación.
Se acercan a los que suponen serán los “bendecidos” por el gobierno de Yunes Linares y les piden por favor que intercedan a favor de ellos. Están a la expectativa, esperando encontrarse con el gobernador electo para levantarse la falda y mostrar la pierna, otros de plano lo quieren encontrar solo para bajarse los pantalones enfrente de él. Recuerden, la abyección es la marca que traen de nacimiento.
Pero esos también se referían a él con el mote de “perro” y publicaron en sus medios las infamias que les pasaban sin importar que fueran mentiras.
Tienen miedo los medios porque los acostumbraron a vivir del “chayote”, del convenio que les resultaba más que suficiente. Tienen miedo porque no son profesionales, porque sólo se metieron a este oficio para lucrar y explotar a sus trabajadores. Tienen miedo porque saben que se batieron en el lodo junto con este gobierno que fenece. Tienen miedo porque solaparon a este gobierno desastroso, a un gobernador nerónico al que ahora le dan la espalda. Tienen miedo porque no saben hacer otra cosa que mamar, son, como dijo Fidel Herrera, unos succionadores profesionales.
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