Parece ser que la ola de ataques terroristas no tiene para cuándo acabar. Esta vez fue nuevamente en Francia, en la comunidad de Normandía a unos minutos de la capital francesa, donde dos personas armadas con cuchillos, identificadas con el grupo terrorista Estado Islámico irrumpieron la mañana del martes en la iglesia de Saint Etienne du Rouvray y tomaron como rehenes a varios rehenes, entre ellos al sacerdote que oficiaba.
Los reportes indican que los terroristas degollaron al sacerdote antes de ser abatidos por la policía francesa. Europa tendrá que reconsiderar sus medidas de seguridad para los ciudadanos, al tiempo que tendrá que valorar sus estrategias en la guerra que lleva a cabo en contra del terrorismo fomentado por el Estado Islámico.
Aparentemente la alianza de países que combate al EI cree que bombardeando las ciudades o los bunkers de esta organización terrorista pueden obtener una victoria limpia. Sin embargo, las bajas para la alianza no se están dando en la zona de guerra, sino en las ciudades; las bajas son de civiles.
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