La arenga que utilizaron los maestros durante sus protestas magisteriales, contra la mal llamada Reforma Educativa, debería ser utilizada por todos los periodistas veracruzanos. El asesinato del periodista Pedro Tamayo Rosas deja al descubierto la red de complicidad de elementos de la policía del estado y los maleantes.
El oficio de periodista en Veracruz se ha convertido en una de las profesiones de alto riesgo, sin embargo, el gremio no ha dado muestra de unidad para demostrar su inconformidad. Por eso sería bueno que los periodistas dejaran de lado las siglas y organizaciones periodísticas para alzar una sola voz contra la impunidad de los asesinos de periodistas.
La denuncia contra la muerte de un comunicador, cala hondo en la sociedad. Sin embargo, con la rutina y el tiempo el suceso queda en el olvido. 19 compañeros periodistas muertos deberían de recordarnos que se debe exigir, con todas nuestras fuerzas, el esclarecimiento de estas muertes y, sobre todo, llevar al a justicia a las bestias asesinas que depredan la vida de valientes comunicadores. Aunque como ya lo sabemos, muchos se escudan en uniformes de policías.
Comentarios