El güero dirigente dijo que «nadie puede convertir a la educación y la realización de este proceso en un campo de batalla de disputas ideológicas o políticas». Este dirigente magisterial olvida que, si no fuera por la actitud estoica de los maestros sureños, el secretario de educación seguiría empeñado en evaluar a los docentes a punta de toletes.
El reclamo del presidente del SNTE surge después de que la CNTE ocupara las primeras planas de todos los periódicos y se sentara a dialogar con el secretario de Gobernación. Ni hablar, después que lo ignoraron, ahora quiere quedar bien con sombrero ajeno.