En el PAN apostaron a seguir con Ricardo Anaya, sin lugar a dudas el gran ganador de las elecciones del pasado 5 de junio, donde Acción Nacional pudo bastiones importantes del PRI, Veracruz, Campeche y Chihuahua, aunque también hay que señalar, gracias a los gobernadores saliente que hartaron a sus gobernados, ahí están los Duarte y Borge, quienes intentaron a su vez blindar su salida para evitar la cárcel.
Por su parte, en el nuevo Revolucionario Institucional regresaron a las viejas prácticas priistas, como el clásico dedazo, de esta manera se hizo sentir el poder del presidente en el partido tricolor con el arribo de Enrique Ochoa Reza, un gris funcionario del sector energético que en algún momento negara su afiliación al PRI. Reza tiene que revertir la negativa imagen de su partido para poder aspirar a algo en las próximas contiendas, y el tiempo es corto para tan titánica labor.
Por último, el PRD acaba de designar a Alejandra Barrales, quien deja la Secretaría de Educación de la Ciudad de México para dirigir los destinos del partido del Sol Azteca. En su primer mensaje dejó en claro que su partido apuesta a la alianza, con todos menos con el PRI. Barrales tiene la tarea más difícil de todos, resucitar a un partido que muchos catalogan como un muerto. También tiene el tiempo encima. Ahora con cuadros completos en los partidos políticos más importantes del país, veremos de qué cuero salen más correas.