En el Congreso de Veracruz existen dos contrastes, dos posturas e intereses diferentes. Por un lado está Juan Nicolás Callejas Arroyo, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congresos local, este vetusto líder siempre ha estado a la orden del gobernador Javier Duarte, no hubo reparo alguno a propuestas y requerimiento que el Ejecutivo pidiera que él no cumplió con docilidad e interés oculto.
Por el otro aparece el diputado Ricardo Ahued Bardahuil, también del PRI; este funcionario fue criticado por la clase política recalcitrante del PRI. Algunos lo veían como un advenedizo de la política, sin preparación y fueros suficientes. Ahued Bardahuil, después de su administración municipal y por su presencia en el Congreso federal, fue sembrando simpatías al negarse a votar reformas que lesionaban al pueblo.
Hoy sin proponérselo, ha cosechado la aprobación de la mayoría de los veracruzanos. Se ha opuesta a las majaderas reformas y burdos requerimientos del aún gobernador. Ni hablar, mientras unos cosechan recordatorios familiares, otros siegan aprobaciones.